Del desamor y del cerebro

Fui quemando una a una mis neuronas,
inflamándolas llenas de colores,
dándoles vida para hacerlas muerte.

Mis neuronas fueron destellos,
fueron supernovas
que sin novedad perecieron.

Ahora dejan de haber estrellas fugaces,
dejan las dendritas de ser enlaces.

Tan fugaz puede ser el amor
y tan longevo los sonidos del dolor.

Ausente me presento ante ustedes,
ante la nada, ante el todo, ante él.
Me presentó ya sin fe
y es que quien fue diosa y credo
es ahora hueste destructora de mi cerebro.

 

Una verdad... Un gusto leerte

 

Amor y dolos intrínsecamente unidos, un gusto leerte, un abrazo.

 

Hola guerrero, hacia rato que no pasaba por sus versos. Buen final. Me gusto.
Abrazos
Chepeleón

 

El amor debería ser calificado como un estupefaciente, es bastante evidente que es igual de destructivo.
Esas neuronas nunca se recuperan, así nuestras mentes quedan llenas de cadáveres.
Un gusto volver a leerle caballero.
Gran poema.
Saludos.​