Desencanto (soneto)

Sale en velado organdí la mañana,

halos de niebla en color satinado

mueren al paso del carro dorado,

mientras los campos bostezan desgana.


Suena a lo lejos la tosca campana

tocando laudes, entona su fado

el oficiante, de ley coronado,

por feligreses de negra sotana.


Viejas liturgias, que al creso le ensalma

rotos del diablo en las noches sin luna,

nuevos atajos de acceso a la gloria.


Canta el metal en el cofre del alma

la única nana, que al díscolo acuna,

viendo a la mula rodando en la noria.

 

Hola, Modest. Correcta la métrica de estos dactílicos, con la consiguiente monotonía rítmica que los caracteriza.
En el verso 3, sospecho que quieres decir «se rinden», buscaría otra solución (quizás mueren al paso?).

Repasaría la puntuación y las mayúsculas.

saludos
J.

 

Como siempre acertadísimo, la niebla con el Sol desaparece, muere. Mejor, más contundente en la línea del poema.
Muchas gracias de nuevo
Un abrazo.