Diario de un "canguro"

Era un crío recién despertado,
un enano cariacontecido,
era un minúsculo confundido,
un pigmeo desbarajustado.

Era un bulto a baldosas pegado,
un rubio en sus manos escondido,
era un bicho con gran alarido,
un renacuajo encolerizado.

Era uno... que al rato merendaba
mirando al televisor atento
y, un poquito más tarde, jugaba
bailando y persiguiendo contento
a esa persona que tanto odiaba
y le produjo tal sufrimiento.

Es cierto lo que veis aquí escrito y reflejado.
Un par de amigos aceptaron mi ofrecimiento
de vigilar a su chiquillo (no, no escarmiento)
de dos añitos, ¡vaya impulso tan alocado!




​

 

Pobre canguro!
Saludos cordiales.

 

No sabes qué mala tarde pasé... no es lo mío, no.

 

Jajajaja, parece que no pudiste amansarle con tu poesía... Me recordó un famoso homenaje a una nariz...
Un saludo.

 

Nada más irse su madre, se puso a berrear, se tiró al suelo de verdad escondiéndose en sus manos. Gritaba tanto que cerré las ventanas por si venían los de Servicios Sociales o algún vecino alarmado y y me quedé en el sofá hasta que se fuera calmando.
Pero tuvo fuelle, casi media hora dando alaridos... yo le miraba y le decía.... "Nico, ¿estás diciendo algo?, no te escucho"... y vuelta a empezar. Menos mal que cuando se calmó aceptó la cucharilla que le ofrecí y luego... pues a jugar, claro.
No es lo mío, no.
Abrazos

 

Jajaja, menuda experiencia Javier, ese niño pequeñito que se despierta junto a un desconocido velando sus sueños jejeje... y es que yo comprendo al infante, como un cangurito saltaría con gusto al vientre de su madre para que a grandes brincos de otro canguro grande le alejase jejeje... Ayyy Javier, qué epopeya tan entretenida y bonita. Celebro haberte leído amigo. Besazos con admiración y cariño....muááááácksss...

 

Ya lo puedes decir, lomafresquita, que más hubiera querido el pobre que saltar a ese vientre para alejarse de mí... ¡jo!, yo también lo comprendo, el pobre se despierta justo cuando su madre se va. Es verdad que cerré las ventanas... ¡qué escándalo!.
Yo sí que celebro tu visita y comentario, y te envío un fuerte abrazo lleno de cariño y también de admiración a tus letras.
Javier

 

jajaja ¡madre mía Javier! en menuda te has metido, ¿quien cuida a quien?... ay, me temo que sólo te salvara tu piel de niño y entonces gritarás ¡que divertido!...
Me ha encantado, amigo mio , aplausos a tu ingenio y a tu buen hacer poético.
Un abrazo grande.
Isabel.
Madre mía, qué gazapo esta mañana, si no era en ese haiku la respuesta pendiente.... ¡ay!, qué atolondrado soy. Al leer en un comentario qué era lo que pasaba si estaba en blanco, recordé uno tuyo en el que no conseguía leer nada. En su busca salí, y no sé por qué, me he liado. Un poco más tarde me he dado cuenta que ya te había respondido anteriormente. Qué malo me sabe ese fallo, disculpa la molestia.
Ahora por fin he encontrado al auténtico, ya cuando pensaba que lo había soñado.
Pues nada, que gracias retrasadas por tu visita y sí, fue tal como dices, creo que escapé gracias a mi piel de niño de esa embarazosa tarde en sus momentos críticos.
Recibe un atolondrado abrazo, y fíjate que pensaba había acabado con ellos (con los atolondros).
Javi.

 

Ya me estoy dando cuenta que leerte por las mañanas me saca sonrisas.
Son tan necesarias las sonrisas, es tan bueno procurarse momentos de letras de aire fresco, que espero que tu creatividad nunca se agote.
Disfruté, porque esa es la palabra, de los adjetivos que le diste al pequeño gritón. También se lo leí a mi hijo y me comentó que le parecía genial y destacó el hecho de que de esa experiencia hubieras hecho el poema.
Creo que ese principio en el que tan bien describiste a la criatura, hace que resulte tan divertido.
Y repito que me voy a plena smile y eso es para agradecer.
Un gran abrazo con cariño y admiración.

 

¡Jo!, Cecy, qué cosas tan bellas dices, tú si que sabes alegrarme la existencia con tan reconfortantes comentarios.
Estoy de acuerdo con lo que dices de las sonrisas. En ese sentido creo que tengo suerte porque siempre me he reído mucho conmigo mismo. Es como si dentro de mi convivieran un señor serio y un payaso.... vamos, un circo. Pero las mejores sonrisas son las compartidas, y por eso te agradezco tanto que me lo hayas hecho saber. Creo que es el mejor cumplido que puedo recibir.
Qué bonito lo que me cuentas de tu hijo. Dile de mi parte que de que cualquier situación, cotidiana o un tanto especial como esta, se puede intentar un poema y que le animo a que se ponga manos a la obra. Aunque supongo que teniendo la suerte de tenerte al lado ya estará haciendo sus pinitos.
Has hecho que recuerde aquella tarde..... y la vuelvo a sentir muy reciente. La situación fue tal cual, no exagero nada en el poema, creo que aún podría haber puesto más adjetivos, menudo bicho. Y además, ese niño es mi ahijado, aunque no ejerzo. Mi mujer iba a ser la madrina, pero como ese puesto estaba ocupado, pasé a ser el padrino sólo de forma testimonial, la que tenía que ejercer era ella. Pero ya hace tiempo que estamos en diferentes islas y solamente mantenemos esporádicos contactos.

Un enorme abrazo con el mismo cariño y admiración.
Javier