...Dichoso el obediente, el puro y el casto...

Sosloya, el averme venido;
el padre que a su hijo vende
no por culpa, no por caridad;
por obediencia, por a ver vendido su alma,
no al diablo, no a dios, a un ser humano.

Deja de ser hombre, deja de ser cobarde,
dichoso el obediente, el puro y el casto.

Llora la madre, que entrega el hacha,
con la que el padre mata a sus hijos;
para enseñarle, para quitarle juventud
para darle castigo; para revivir memorias,
para continuar con la enseñanza amarga de los abuelos.

Deja de ser hombre, deja de ser cobarde,
dichoso el obediente, el puro y el casto.

Con amor, cariño y ternura,
las marcas son besadas por el hermano;
el que no vive en casa,
el que con palabras cuida lamentos y tormentos,
el que vela por la paz,
el que con amor cura y sicatriza.

[FONT=Microsoft Sans Serif][I][B]Deja de ser hombre, deja de ser cobarde,[/B][/I]
[FONT=Microsoft Sans Serif][I][B]dichoso el obediente, el puro y el casto.[/B][/I]

[FONT=Microsoft Sans Serif]Mata la vida para no ver el destino, para huir, para ver morir el amor
[FONT=Microsoft Sans Serif]y solo mirar........solo mirar y susurrarle al viento.

[FONT=Microsoft Sans Serif][B][I]Deja de ser hombre, deja de ser cobarde,[/I][/B]
[FONT=Microsoft Sans Serif][B][I]dichoso el obediente, el puro y el casto.[/I][/B][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]

 

Duro y conmovedor poema.
Un beso.