Dieciocho amores y soledades.

La quietud de las llamas en la leña
hace que pinte el verdadero lugar
de una luna, cada estrella.

El ambiente está abandonado
como si se tratase de ser olvido.
Pero nada es olvidado.

Nada se queda fuera de la memoria,
ni mucho menos el amor de la palabra,
la verdad del pincel de quien pinta una obra de arte.

Amor que eres desenfreno,
que vienes sin ser algo terreno
porque celestiales son tus designios.

Por ello es que la soledad de ángel
peregrina por la nubes
y dicta amores que privan en un lamento mío.

Amaría, sí, amaría,
pero las brazas terminan quemando mi ser
por amores que hicieron parte de nuestras vidas.

 

Me quedo con estos versos estimado amigo,
me gusta leer sus versos y dejar mi huella en ellos
abrazos amarillos desde mi mundo

 

Gracias Estimada poeta. Es muy agradable verle y saber que su huellas ha dejado. Abrazos.