Dio(s)do(s)

Mi palabra será dócil y divisoria:

Luchará contra sí , sin pausa y sin remedio,

a fin de provocar el colosal asedio

que apacigüe el desgaste y me colme de gloria.


Será extrapolable, la psicosis y el tedio,

-flechas al corazón, anales de mi historia,

aislamiento social, abunda en mi memoria,

hasta saberme Dios. Único punto medio.-


Será ininteligible nexo entre dos deidades,

con un doble sentido, dictaré mi sentencia,

en múltiples sentidos hablará necedades.


“Nunca he pretendido mostrarles su carencia,

pero adoro leer sólo barbaridades

-me encanta repartir mimos e indiferencia.-”.

 

Ambivalente mensaje. Confieso que no lo entiendo del todo.
Saludos.
Jazmín

 

Gracias mil por tu paso y tus palabras.
Abrazos.

 

El odio y la indiferencia, son despreciables.
Pero tú, Ricardo, ignoras ese dato.
Con lo cuál, aún estás en el error.
Como los terroristas islámicos.

 

Sólo escribo así por supervivencia, así que sí, tengo un yo indiferente y otro hipersensible y rebelde.
Disculpeme usted.... o no lo haga.
Me vas a seguir cayendo bien.
Soy asi.

 

Y aquí sólo hay dos caras de la historia, digamos que si seguimos ahondando podemos sorprendernos de la variedad de yoes que podemos encontrar dependiendo de la circunstancia...
Interesante entrega.
Felicidades!

Palmira

 

En efecto, una reflexión que compartimos.
Cuando descubrí esta virtud oculta se me abrieron los ojos como platos.
Abrazo, y gracias por tus palabras.

 

¿ Tienes algo en contra de Al Qaeda, los talibanes u Osama Bin Ladén ?
¿ No te caen bien Atila y los Hunos ?
¿ Qué te trae a la memoria, el nombre de Boko Haram ?


Odio, indiferencia, belicosidad...


Y también, los mejores maestros.
Nos enseñan los caminos por donde no debemos transitar.
Ya que si depredas, vas al Infierno.

 

No tengo nada en contra de nadie.

 

Entonces, te puede gustar cualquier cosa.
Desde un restaurante chino, hasta un Porsche verde descapotable.
O un viaje al Polo Norte, o coser y remendar unos pantalones de pana.
Y puedes saltar desde un trampolín muy alto, porque no tienes nada en contra de eso...
Tampoco te da asco comer carne cruda, o que te operen sin anestesia...
Porque no tienes ningún reparo. Estás sobradamente preparado.

 

Dije nadie.

 

¿ No tienes nada en contra de nadie ?





Entiendes, luego por tanto, a Boris Izaguirre.
Y podrías leer entero, un libro suyo.
Para luego, devorar otro libro, cuyo autor es Risto Mejide.
Que la Muerte te acompañe, se titula.
Tú no puedes negarte, porque como todos son espectaculares. ¡ Son humanos !


Una sorpresa tras otra. Colosal... Puedes leer a los chinos, en chino.
No tienes nada en contra de ese idioma.
En japonés, en ruso...
Entonces, ¿ Los catalanes ? Tus mejores amigos. ¿ El pueblo vasco ? Como uña y carne.





Siempre, amando a la Humanidad, e incluso a los refugiados sirios y palestinos.
Esos refugiados que puedes invitar a tu cumpleaños, el año que viene.
Les das de comer una porción de tarta, porque no te asustan.
No tienes nada que temer...