Dos mundos, dos visiones.

No eran horas siniestras,
aun así reconozco que he rematado al tiempo,
a todo él, y tú dormías algo eterno
lejos, lejos de mí.

Lo he notado en tu ronca y máxima presencia,
dentro, de cada pausa en esta realidad
he construido un mañana,
que no sé ni de dónde habrá salido.

No adoro manejar dos universos
-Para un ateo ello es insultante.-,
tampoco tolerar las ilusiones
como a un siamés.

Es por ello que hablo con mis ojos,
y soporto los cambios, y cada parpadeo
en mi poesía.

Sin embargo, te veo desteñida,
te ha cambiado mi amor,
ese mismo que no correspondiste.
No voy a alzar la voz por mis cinco sentidos.
No quisiera yo ser quien les niegue patrañas, desengaños.

Ya he tirado por tierra todas mis fantasías
-Véase este giro de ideas, radical, y su contradicción.-.
Jamás acudiré a su entierro.

Prefiero construir castillos en el aire,
tengo espacio de sobra para hacer
lo que jamás he hecho con tu cuerpo.

Modifiqué mi rumbo, y ya no hay vuelta atrás,
no pienso perseguir los pasos del destino.

Pero solo te pido:
Nunca me subestimes, podría ser real esto que siento.

 

Felicitaciones
Gran poema.
Un abrazo