Echo de menos mi voz de mi...

No me atrevo a dejar que nazca mi voz de mi

en esta situación o en estas circunstancias.

Envidio de mi que pueda escribir

con una profundidad de línea recta.

.

Me acuerdo de la última vez en que tú y yo

estuvimos un rato más o menos largo

en dos espacios lindantes entre sí.

Estuve gran parte de ese rato en silencio;

El silencio acaso no tiene una voz oral

pero acaso puede ser comunicación.

.

Pienso en lo que me insinúa sin sugerirme y

mis firmes afirmaciones se convierten en

interrogaciones exclamativas.

Quizás sea su ausente presencia la que me

incita a seguir con vida. Y quizás

tales interrogaciones exclamativas sean

exclamaciones interrogativas o afirmaciones

que tienen más fuerza que las afirmaciones

de las que derivaron o cualquier otra cosa.

.

Escribir esta literatura

que se parece a un diario -sin serlo-

es un mentir de forma constante

-cuando escribo (claro)-.

Quizás lo exagere un poco y también

hay verdad en estas palabras.

.

¿Para quién escribo estas palabras?

¿Para qué? Nos vimos

durante un largo rato y fue

ridículo el momento

al igual que estas letras

que derivan de mis circunstancias.

.

¿Me difaman?

¿Son los hilos de un "yo títere"?

Si hay tanta mentira aquí es por lo que hay

fuera de aquí que le es igual

o se le parece.

.

Echo de menos mi voz de mi...



vagabundo1


.

*Este poema recorrió entre otros las "dependencias de una comisaría" antes de ser publicado.

 

Echas de menos ser envidiado, porque a medida que creciste, tus admiradores se han casado y tienen hijos, y casas grandes.

 

No sé si es tu caso, pero sí el mío. Los tímidos, más bien autistas, solemos expresarnos mejor con la pluma que con la palabra.
Un abrazo desde debajo de otro puente.

 

El silencio uniforme nos hace ver diferentes.
Un gusto.
Saludos cordiales