Ecuación.

"Un texto reparado"

Mi buena voluntad se hace jirones,
imaginaria pasión que busca,
en esas noches
en que tal vez pudiera salir el sol,
el pluscuamperfecto eco de la vida
que, desde las entrañas del amanecer,
se alza como itinerante mantra
sobre las huellas de los días,
y llega a mí, borrando los caminos
que una vez se hicieron de zapatos viejos,
desde el lugar por donde derrota el viento
como hastío de invernales sombras.
Quizás seamos aves de paso
en esa creencia de que el horizonte
ensancha los caminos,
donde el silencio brota de entre las piedras
que hace que se alarguen las distancias,
bajo esos cielos que hierven
en bajamares de crepusculares aguas
que empequeñecen al sol
con cada parpadeo de la tarde.
Ahora ese mismo horizonte se alumbra
con los pájaros que agotan los últimos vuelos,
y se nos entibia la sangre
con la luminosidad que brota de cada herida.
Aún persiste el frío tizne de la noche
que hiere como hiere el silencio,
el anónimo olvido que nos hace regresar
a la ecuación que aún queda pendiente.

 

Me ha gustado tu poema por las diversas interesantes imágenes usadas, aunque reconozco que me ha producido un efecto "Guadiana", porque como el río, mi comprensión ha pasado de la luz a la sombra de manera repetida. No es la primera vez, ni probablemente será la última.

Gracias y un abrazo

 

Gracias por dejarme tu comentario. Comprendo lo del efecto Guadiana. Empecé concibiendo el poema como esa dificultad que algunos, a veces, encontramos para ubicarnos y terminé hablando de más cosas. Ha sido un pequeño batiburrillo de emociones y paisajes exteriores que se mezclan con interiores.
Gracias a ti por leerme.
Un cordial saludo.

 

Me gusta.

Muy profundo.
Lleno de claroscuros que delinean una vehemencia que supera un corazón para dejarnos un todo en estos versos.

 

Gracias, Belu, por dejarme tu atento comentario. Saludos