El abandono necesario.

Cargó contra mi todo su deseo
y me dejó caer de espaldas al suelo,
allí se complació con el dolor de mi cuerpo,
más alto veía yo con los ojos en el cielo.
La lágrima que borra de tristeza ternuras
y volver a perdonar al que ultrajando te adula.
Con el miedo en el rostro y el suyo satisfacción
rezo para pedir fuerza y alejar la maldición.
Porque el amor se transforma cuando late destrozado,
el beneficio propio no es amor sino maltrato.
Me alejo desnuda de las cadenas de sus abrazos
me marcho despacio mi abandono es necesario...

Para todas las mujeres maltratadas