El helado de fresa

Se comía un helado de fresa
y yo la miraba extasiado,
su lengua recorría el borde
del cucurucho y atrapaba
el delicioso y dulce congelado,
luego se relamía los labios
y volvía a la carga sin tregua,
mi imaginación se disparó...
cuando lo acabó fui a su mesa y le dije:
¿quiere otro helado señorita?
si, me dijo, pero me lo comería
con usted en su cama...
todo esto pensaba yo
mientras ella se levantaba,
cogía su bolso y se marchaba,
y es que esas cosas solo pasan
en algunos poemas.

 

Amigo Paco, elegantes son estos sensuales versos tuyos, me han traído a la cabeza un soneto que leí de nuestro Premio Nacional de Poesía del 2015, Luis Alberto de Cuenca que también de forma elegante evocaba al deseo esta vez a propósito de una luna llena. Espero no ser atrevido al transcribirlo.
Recibe mi abrazo fuerte.

LUNA LLENA

La luna se coló por mi ventana
la otra noche, y pensé que si sus luces
te enfocaran a ti, no habría cruces
ni dolor para mí por la mañana.

Contigo al lado, toda la semana
sería viernes y caer de bruces
sobre tu cuerpo, desde el que conduces
el mío adonde a ti te da la gana.

Sé buena, deja que la luna viaje
con su marfil por tu reloj de arena,
desnudo de cualquier tipo de traje.

Que pienso prepararme una gran cena
con el fulgor que de la luna baje
a acampar en tus muslos de azucena.

Luis Alberto de Cuenca
Me acuerdo de... (En) Cuaderno de vacaciones

 

Gracias amigo Lesmo por tu visita y comentario. Muy bueno el poema de Luis Alberto de Cuenca. Un abrazo. Paco.

 

Este poema vuela muy alto acompañado por la imaginación.

Con mi aplauso.

Alfonso Espinosa

PD.
Tampoco hubiese quedado mal si fuese de Frutos del bosque o Tuti fruti.

 

Gracias amigo Alfonso por tu visita y por tu bello comentario. Un abrazo. Paco.