El Huracán

Recuerdo la primera vez que te hable
sobre mi alma caía una tormenta de alcohol.
Era de noche,
y a la mañana siguiente
lo único que recordaba era tu voz.
el color de tu camisa y aquellas muecas que soltaste
al regalarme tus sonrisas

Mas hoy reconozco
que te conozco desde antes
mas me arrepiento de nunca haberte visto
y pensar que estuviste orbitando
siempre la ciudad sobre la que existo.

Me siento esclavo del tiempo
pues hoy no recuerdo lo que se debe sentir
que tu imagen no se cruce por mi cabeza
un tal solo día en mi vivir.
Y es que si hace algún tiempo,
alguien me hubiese dicho
que hoy estaría loco por tu huesos
por tus piernas largas
y el sabor de tus pechos
hubiera reído a carcajadas
argumentándole que no estaba cuerdo

Y hoy tengo la suerte
de caminar junto a ti
para dejar poco a poco que te alejes
y verte caminar como quien va por encima del suelo,
desprevenida,
sin ver la danza que baila tu pelo
ni sentir el calor de tus besos
que al agua convertirían el hielo

La vida
igual que el clima
cambia bruscamente,
y el corazón nunca se imagina
que a sus playas
pueda llegar el huracán Karina

Pues parece mentira que la tengo,
que contemplo sus enojos
y me hago fuerte.
Mas cuando he visto sus lagrima
las he querido guardar
para devolverlas al mar
y que no se entere nunca
de lo que me duele verle llorar


La he visto ser humana
y en segundos convertirse en diosa
sobre mi cama.

He visto a las estrellas buscarla
pues quisieran adornar su pelo
para usarlo como sabana

La he visto desvanecerse en placer
y retorcerse en alegría.
He sentido el olor de su piel
y su sabor
tan dulce como la miel

He lavado sus pies con mi saliva
y con mi besos
he tratado
de cubrir sus cicatrices
para que se aleje la vanidad
de esos ojos cafés
que adornan lo que ven…

No pienses que te amo,
pues lo hago….
Es real​

 

Precioso poema, amigo Giancarlo. Desde la tórrida Sevilla, un abrazo. Manuelo.