El lamento.

Prudencia ante el chantaje
del lamento.

La pena zozobra
en aguas borrascosas
que anega la barca que navego.

Hace frío
la piel se contrae
en un maullido.

No es posible
que su dulzura cariñosa
vaya de negro,
en piel de noche
y coma sus uñas
en un rictus nervioso.

Ansiedad desconocida
en los ancestros del tiempo.

Pero todo se espera
de la noche
y su negro maullido
ante la debilidad
de la pena y la empatía
que anega mi barca.

Si aparece otra vez
le abriré la puerta.

 

Maramin lo define muy bien, Bristy...la compasión mal encauzada se vuelve contra nosotros, llegando a ser un defecto . Se pude ser compasivo pero con prudencia. A veces el lobo viene con piel de cordero. Un abrazote.