El nombre de las cosas

El abandono o decadencia de la lucha contra la opresión del poder político y corporativo ha ubicado al hombre moderno en el lugar que el sistema hace tiempo le había preparado: el de un mero consumidor.
No es casual que el discurso público haya paulatinamente relegado el uso del término "ciudadanos" para hablar de "consumidores". Consumidores que solo levantan su voz cuando ven afectada su forma de consumir, su acceso a bienes o su confort.
La lucha del hombre moderno es esencialmente individual y busca principalmente el mejoramiento de su propia calidad de vida. El hombre moderno no dispone de tiempo, energía o recursos para ocuparse o preocuparse por su prójimo, término este que a su vez hasta podría reemplazarse naturalmente por el de "competidor".

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Fernando Marco Sassone

 

Si además añadimos que lo único que nos podemos llevar de este mundo es la suma de nuestros actos, yo casi concluiría que el ser humano, cuando actúa así, es que ha perdido toda la razón de su existencia.

Buena exposición elbosco.

Un abrazo

Uqbar

 

Gracia Palmira!

 

Muy cierto. La solidaridad se diluye cuando hay que sacrificar el confort y el bienestar propios y se tiene que perder; aunque creo, que más que falta de tiempo o energía, es exceso de egoísmo, lo que beneficia al poder y al sistema establecidos. Muy buenas letras elbosco. Saludos cordiales, compañero.

 

muy cierto, excelente tema.

 

Gracias por pasar Melquiades!!!

 

Excelentes lineas, que enmarcan una cruda realidad, que va en aumento... saludos amigo

 

Gracias Esol!