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El pescador.

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Melquiades San Juan, 13 de Agosto de 2012. Respuestas: 8 | Visitas: 1419

  1. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Descalzo, con un pantaloncillo corto y el torso desnudo, parado sobre las hirientes rocas del rompeolas, el pescador lanza su enorme red rasando la superficie que queda tras la última ola. Espera a que toque fondo y luego la recoge lentamente. Deposita su cuerpo tejido con hilos de nailon sobre la arena. Entre el tejido se agitan algunos peces pequeños. Esos inexpertos que no pudieron escabullirse entre las rocas. Que no reconocieron la maligna sombra sobre sus cuerpos.

    El pescador los deja agitarse en el suelo.
    Sonríe.
    No es una sonrisa amplia y generosa. No es suficiente todavía para saciar el hambre de los suyos, ni para sobrevivir un día más con su comercio.
    Acomoda la red sobre su hombro y se prepara para un nuevo lanzamiento.

    Ya no lo miro.
    Observo a los peces revolcarse en agonía fuera de su elemento.
    Me miran.
    Qué pensarán de mí.
    ¿Pensarán?...
    No lo sé.
    Veo sobre su lomo la armadura de espinas que adquiere una actitud beligerante.
    Corrijo: defensiva.

    El pescador me dice: -No los toque. Si se descuida le pueden atravesar los dedos con las espinas, alguna puede quebrarse dentro de la palma de su mano.

    Cuando miro a los peces me siento un ser cruel por observar su agonía, su derrota.
    Me alejo de ahí. Al otro lado. Ahí mirando el oleaje que muere en su lecho de arena, me vuelvo en pensamiento al instante inmediato, y me critico por pensar que no ver me hace inocente de sus muertes.
    ¿Cuántas veces he tenido un pez en mi mesa? Un pez, una ternera, un ave.

    Me palpo el cuerpo, me siento la dentadura. Pienso en mi sistema digestivo. Y cavilo sobre el propósito de cada célula y gen que le ha precedido hasta llegar hasta aquí.

    Construyo un desistimiento posible entre mi consciencia humana y mi cuerpo animal para hacer inocente a una y responsable a la otra.
    No no soy ignorante de las potencialidades criminales de la una y del otro. Viene resultando el cuerpo más inocente que la consciencia, tras la consciencia hay un historial de crímenes que nos corresponden como género humano; el cuerpo solo pugna por la sobrevivencia.

    Hay una roca ahí. Frente a la costa. Desde ella se pueden contemplar la playa y el vuelo de las gaviotas. Más allá está "el resto del mundo" como egocentricamente le llamamos al habitat de nuestras especies.

    La naturaleza. Es la naturaleza. No hay otra a quién hacer responsable de la muerte de estos peces. Es la cadena. Esa forma de subsistencia practicada por todo y todos. Vivir a costa del cuerpo del otro.
    Bueno, pero las llamadas bestias no usan cubiertos, aderezos, vinos blancos y charlas de sobremesa para sobrellevar nuestra imperceptible barbarie. Además, a nuestra mesa ya llegan muertos. Son otros lo que han consumado el crimen contra estos seres.

    Las gaviotas han descubierto al pescador. La cubeta de plástico está llena. Sola. Se ha tenido que alejar porque en el mismo sitio ya no hay peces, todos han huido. Una gaviota viene volando velozmente sobre la cubeta. Ha visto los estertores de muerte de los peces y tienen hambre.
    El pecador lo nota y corre a espantarla. Toma su cubeta y defiende su pesca.

    -"Ahí nos vemos don" -me dice con esa voz cantante de los porteños.

    Va feliz. Comerán uno o dos días. Comprará café, azúcar, cigarros, cerveza y alguna que otra cosa que haga falta para su hogar.

    Camina con un paso irregular, del lado derecho parece renquear, algún accidente -pienso-. A lo mejor es el peso de la enorme cubeta.

    Volteo hacia el fondo del mar. Inmenso, oscuro, impenetrable. La lucha por sobrevivir sigue ahí dentro. como afuera. Cada uno armado con armas y estrategias que su organismo y cerebro han determinado las más adecuadas para sobrevivir su tiempo y trascender como especie a través de las generaciones hacia un mañana desconocido siempre.

    Me imagino nadando sin rumbo hacia el horizonte inexistente. Fuera de mi habitat sin ninguna de las herramientas o dispositivos de que mi especie se sirve para prevalecer. Ni espinas, ni fauces armadas, ni miembros dotados de poderosas aletas. Tampoco acompañado de tintes impenetrables para confundir a los depredadores mejor adaptados a ese medio.

    Me río. Todos ésto ya ha sido resuelto por el intelecto humano de tal forma que no quedan rescoldos de algún mea culpa por ser parte cautiva de un proceso que no renuncia a su naturaleza, que al contrario, la perfecciona. Hábitos éstos, míos, de inconformarse y pensar hasta dónde somos diferentes realmente.
     
    #1
    Última modificación: 13 de Agosto de 2012
  2. Dennisse

    Dennisse Invitado

    nuestras virtudes van de la mano
    con la bondad,
    abrazos
    Denn
     
    #2
  3. elpoetaartesano

    elpoetaartesano Poeta que considera el portal su segunda casa

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    La lucha por la supervivencia, unos se comen a otros y otros a unos, todo se alimenta y vive de alguien o algo, será todo lo natural que se quiera, pero me pregunto si no podría ser solo a base de simbiosis, sin que tenga que perder alguien, para mi es un gran fallo de la naturaleza, tan lista que es, lo acepto pero lo siento creo que es poco inteligente esta cadena natural de sobrevivir por la depredación, no es culpa de nadie, solo un mal diseño de la naturaleza misma, todos estamos involucrados en ello, no somos diferentes de las demás formas de vida. Me gustó mucho tu prosa y reflexión Melquiades. Saludos.
    XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX a tu interesante pluma.
     
    #3
  4. frank c.

    frank c. Poeta adicto al portal

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    Es complicado comer, cuando la razón nos lleva a la encrucijada de matar para vivir o de vivir para comerla vida misma,
    la conciencia nos arrincona y nos pone contra la pared, pero las tripas se las arreglan para ganar la partida"
    sería bueno no comer y tal vez alimentarnos solo de luz solar como algunos hombres y mujeres cuentan que es posible,
    tengo mis dudas de que sea así, amo a la naturaleza y animales pero inevitablemente soy parte de una cadena que me rebaja a ser un animal más en este paraíso llamado planeta azul.
    [video=youtube;8rGKQy0gWhQ]http://www.youtube.com/watch?v=8rGKQy0gWhQ[/video]
     
    #4
  5. ROSA

    ROSA Invitado

    La naturaleza es sabia, todos dependemos de algo o de alguien para sobre vivir, amigo, asi es la vida. Muy filosófica tu prosa Melquiades, siempre nos dejas con ganas de leerte más. ABRAZOS
     
    #5
    Última modificación por un moderador: 15 de Enero de 2013
  6. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    así es Denn son cosas inseparables aunque a veces parezcan difíciles de conciliar con el ambiente propio de la realidad. Muchas gracias abrazos
     
    #6
  7. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    estimado poeta artesano y a mí cómo me agradó encontrar esas coincidencias. Fíjate que yo pienso que esa misma naturaleza anda buscando, como ella lo hace, a través de los otros y de las demás especies mejores caminos para sus propósitos de sobrevivencia. a lo mejor llega el día en que la capacidad creativa del hombre va encontrar formas de sustituir la cadena alimenticia. Por ahora vemos que empieza a auxiliarse de dispositivos tecnológicos para solucionar nuestras deficiencias. Empezó con los lentes, luego con las prótesis dentales, siguió con los instrumentos para corregir problemas auditivos y así le seguimos. No lo veremos en persona pero quizá como especie sí. Abrazos amigo.
     
    #7
  8. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Verdad que sí. cuando vemos tantas cosas que la humanidad ha alcanzado hasta nuestros días. Cuando vemos todos esos estantes llenos de libros con pensamientos brillantes. Esos maravillosos aparatos que forman hoy parte de nuestra vida, surge ese pensamiento: hemos llegado lejos, tanto que padecemos ser seres especiales. A la hora de comer la realidad nos hace despertar. Bueno, es sólo una invitación a reflexionar. Muchas gracias por tu interesante comentario. Abrazos.
     
    #8
  9. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Estimada Rosa. Es cierto lo que dices, y no es sólo en relación a la comida, para sobrevivir necesitamos de todas las cosas que la naturaleza ha puesto a nuestro alcance: el amor, la amistad, visiones hermosas que nos hacen maravillarnos del mundo, del universo en que vivimos.
    Te mando un abrazo y muchos saludos.
     
    #9

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