El rey del Rock.

Después de tantos años gobernando...
Todos los diplomas conservo.
Premio Nóbel de la Paz, con su paloma...
Encina, piano, mujer, cinematografía...


Y la rama de olivo.


El Óscar al mejor testigo
presencial de los hechos universales.
El Glamour del festival de Cannes,
con su alfombra roja.


Firmando autógrafos, a los lectores de mis novelas...


Las Nueve Reinas, de Ricardo Darín
y Gastón Pauls. O las procesiones en Sevilla,
por Semana Santa, truncadas en la película
Nadie conoce a nadie.


Me atribuyo logros ajenos, pues admiro sus obras.


Desapasionándome,
salí afuera de mi Yo, y les di cabida.
Entonces, no es que robe, sino que admito.
Respeto, tolero, admiro... ¡ Amo !


Siento, y lamento profundamente. Suspiro.


Suspiro...
Y ya, me retiro.
En vista de la actual coyuntura,
un servidor se las pira. Elvira y el Biro.


¡ Bolígrafo ! Elvis vive, entre nosotros.

 

Si te digo que me gustas te vas a crecer en el genio.
¿Si te digo que eres disciplina, mi antítesis ,
lloverán estrellas del cielo?
!No¡
.Elvis en su fuero rocánrolero era genial .
Pero no soy hijo prodigo, prefiero
la incertidumbre del triunfo
que nada otorga y besa sus labios
sin nada a cambio.
Comparto muchos sentimientos
pero no te crezcas en el ego
que yo me los como.
Y devoro sin sustancia alguna
sus sentimientos.

Arrambaré, si hace falta tu empatía
tus besos y concederé un único deseo
algo que compartir contigo.

 

¿ Algo que compartir conmigo ?
¡ Mesa y mantel !
Yo invito al desayuno.


Por otro lado, Elvis sigue vivo, y lo noto.
Se mueve, en las fotografías.
Me las pego al oído, y suena su Música talentosa.


Como si fuera una caracola.


En vez de olas, se oyen himnos.
Mira, por ejemplo, esta imagen.
Si la pulsas, se mueve y suena. ¡ Es un milagro ! Elvis era un santo varón, que ejerce el milagro del dinamismo.

 

Confieso que leo todo lo que mis ojos me dejan
y confieso que disfruto con estas ocurrencias suyas, señor nommo,
"Tócala otra vez, Sam"

 

Rosario, muchas gracias por tu aportación.
Lo tendré en cuenta, dado que ser esclavos, nos hizo grandes.
La magnitud de un sirviente, se acrecienta con su talante o disposición del ánimo.
De tal modo que, al final, obtienes a Michael Jordan, en los Chicago Bulls.
O a Clyde Drexler, en los Portland Trail Blazers.





Qué chulo y desafiante, este gallo del gallinero...
¿ Quién se habrá creído ? En los vestuarios, le haré comer bellotas.
¡ Ah, bueno, si es de los míos ! Claro...
Me miro al espejo, y...