El río perdido

" El río perdido"
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Era un río extraordinario
de corrientes y pocitas
repletas de renacuajos,
culebras y pececillos.

"Pío, pío, pío..."
resonaban por la orilla
cantos de los pajaritos.​

Era un manantial de sueños;
los niños que en él bebían
se transformaban al poco
en héroes de mil cuentos.

Algo nervioso en invierno
y sosegado en verano,
entre infinidad de chopos
fluía el río Cidacos.
Por ese hermoso paraje,
en todos sus recovecos,
disfrutaban de aventuras,
de intrigas y travesuras.

Un día, al caer la tarde,
estrenaron una presa
y sin agua quedó el río.

Su cuenca está taciturna,
solamente se ven piedras
que parecen lanzar gritos.
!Tanta vida!..... nada queda,
solo mudos alaridos.

"Pío, pío, pío...
¿por dónde andarán los niños?
... preguntan los estorninos.

"Pío, pío, pío...
buscando el río perdido,"
contestan los colorinos.

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Los pecesillos están en el río
El único que sabe dónde está
Es el pio pio...
Placer leerte amigo

 

Me alegra volver a verte, ñonguito.
Muchas gracias por entretenerte en comentar, estimado amigo.
Los pío, pío lo saben todo..... que para eso pueden volar.
Un abrazo.
Javier

 

Es una pena que desaparezcan lugares en los que hemos vivido momentos preciosos, como este río, y todo por evitar destrozos en zonas que le pertenecían y hemos ocupado.
En fin, todo sea por el "progreso".
Muchas gracias, bristy, siempre son un placer tus visitas y comentarios.
Un abrazo y feliz semana.
Javier.

 

Muchas gracias por tu comentario, José Luis, un placer tu visita.
Saludos.
Javier

 

Qué alegría tu visita, Isabel
aunque no sé yo si tienen tanta suerte los pobres, que me ha quedado un poema un tanto existencial y filosófico.
Tengo que confesar que es un poco autobiográfico, me apetecía dedicarle algo a ese río que me ofreció tan buenos momentos.
Un enorme abrazo.
Javi.

 

Muchas gracias, María, a mi también me entusiasman los cuentos con animales de protagonistas.
Un abrazo.
Javier

 

Espero que tu río, a pesar de la presa, haya recuperado su caudal y de nuevo se haya poblado de vida. Cuando se hacen las cosas bien, la vida fluye magnífica y espléndida para todos.
Me ha alegrado encontrar tus poemas esta mañana.
Recibe un fuerte abrazo y mis mejores deseos para esta Navidad.

 

Mucho me temo, estimado Luis, que el pobre Cidacos no tiene arreglo en los últimos kms. de su recorrido (antes de unirse al Ebro) ya que también lo dragaron y desaparecieron todas esas pocitas y remansos que podían albergar esa vida.
Ahora, cuando lleva agua es como un canal, sin más. Recuerdo que cuando lo hicieron, en mi adolescencia, no entendía ni veía el sentido de tal ultraje a ese, para mi, paraíso. Todavía sigo sin entenderlo..... construir y construir no justifica todo.
Muchas gracias por tu comentario y espero que hayas disfrutado en estos entrañables días.
Te deseo lo mejor para este 2023, un fuerte abrazo.
Javier

 

Es un pequeño homenaje a lo que fue ese río (a su paso por Calahorra) para infinidad de niños,
un auténtico parque temático en el que se interactuaba con la naturaleza.
Como bien dices, parece que nos empeñamos en que nada siga siendo igual que antes,
ni siquiera ciertos entornos naturales.
Muchas gracias, lubyabsenta, un abrazo y feliz 2023.
Javier

 

¡Pero qué bonito! Igual que una estampa, Javier. He podido imaginarme el Cidacos en toda su plenitud y beber de su agua y de sus sueños para imaginarme miles de aventuras. También reales. Y todo gracias a tus versos preciosos.
Qué pena cuando se irrumpe sobre un río. Pero tú le has dado esa sensibilidad que me lleva a preguntarle a la presa...Tú estás contenta allí?
Un abrazo fuerte!
Eva

 

Qué buena propuesta, tendré que ir a hacer una entrevista a la presa a ver que cuenta.
Me alegra un montón volver a verte, Eva, últimamente no he tenido ganas de leer ni comentar, ni mucho menos de escribir nada aparte de alguna décima o quintilla para practicar. Ya sabes, la vida, que de repente te lleva por otros vericuetos cuando menos lo piensas.
Muchas gracias por leer este poema y regalarme este comentario tan majo y motivador..... pero que sepas que prefiero (por mucho) a tu "Ibai" como poema infantil con un río como protagonista, para mi es perfecto.
Espero que nos sigamos viendo aunque sea de vez en cuando, siempre es un alegrón.
Un fuerte abrazo.
Javier

 

Hay que hacérsela! Eso pensé!...Y me da que nos vamos a poner manos a la obra Y tanto que a la obra...menudas obras que a veces hacen...fastidiosas e injustas. Que se llevan de golpe lo que no les pertenece. Brbrbr.

Para mí también es una alegría encontrarme contigo. Y con tus poemas. Es verdad que aparecemos y desaparecemos, nuestros motivos tenemos, pero no desaparecen las evidencias y los recuerdos. Al menos, en mí.
Te voy a seguir leyendo siempre de los siempres, de la que pueda, que lo sepas
Un abrazo fuerte.
Eva

 

Ayyy Javier qué preciosidad de versos infantiles, de seguro que aprenderán los niños por el río Cidacos, dónde nace y dónde desemboca y por sus parajes, seguro que su curiosidad les llevará lejos y aprenderán con ilusión el ritmo y contenido de estos deliciosos versos.
Encantada de leerte amigo Javier, y encantada de dejarte mi humilde huella. Besos, querido amigo, colmados de admiración y de cariño....muááácksssss

 

De humilde huella, nada, Isabel, es todo un lujo tu presencia, muchas gracias.
Al pobre Cidacos le tengo mucho cariño porque en mi infancia y adolescencia era algo como mágico. Por eso me llevé tan mal rato cuando hicieron la presa y lo dragaron, no entendía semejante vileza..... claro, eso en mi cabeza.
Todavía no lo he superado .... pero nada, seguiré buscando otros paraísos.
Un abrazo también lleno de cariño y admiración hacia ti.
Javier

 

Infantil pero para todos los públicos que tengan dos dedos de frente y quieran averiguar dónde andarán los ríos perdidos.
Los niños y los mayores ( y todos los habitantes de riberas) nos lo preguntamos.
El progreso sigue su curso y muchos solo seguiremos siendo simples daños colaterales.
Encantado de leerte entre el Ludey y el Río Grande, que siguen su curso por este espacio protegido.
Un abrazo, Javier, hasta esos aledaños del Cidacos.

 

Un poema precioso que acabo de descubrir ya que estuve ausente en 2022 y 2023. Saludos cordiales.

 

Cuánta razón tienes, solo somos daños colaterales. Recuerdo que no entendía nada cuando cuando lo dragaron, qué disgusto.
Mi gran compañero de la niñez y adolescencia había sido cruelmente asesinado.
Bueno, ya sabes como va eso, qué te voy a contar.
He estado viendo imágenes del Ludey y del Río Grande (no los conocía) y me han encantado.
Gracias por pasarte y comentar, Alonso, reconforta mucho hablar con alguien del mismo sentir.
Un fuerte abrazo, estimado compañero.
Javier

 

Pues me alegra mucho que hayas vuelto, Maygemay, te seguiré la pista.
Muchas gracias por tu comentario.
Saludos.
Javier

 

después de saber..., tras leer el comentario del amigo Alonso... Para todos los públicos, sí.
... quien no ha visto imágenes, vivido películas donde las arterías, las venas de la tierra dan sentido... quien no ha soñado...
El poema es precioso, Javier.
como muchos críos, aun sin haber estado cerca de un río
Abrazo

 

Suelo intentar poemas más jocosos para infantiles, pero este lo hice como homenaje a una entrañable época y a un río que tenía personalidad.
Igual fui un niño-adolescente un poco raro, muchas veces prefería estar por el río antes que jugar con mis amigos.
Me alegra mucho que te hayas detenido en él y lo hayas comentado, Alicia, gracias de nuevo, abrazo.
Javier

 

La verdad es que por estos parajes de la Valencia interior, de montaña, los ríos están algo más protegidos. Pero en las huertas que habito otoños e inviernos los pozos ilegales siguen haciendo de las suyas.
Nuestros ríos, afluentes del Ebro o del Jucar, pero con derecho a la vida: la suya y la nuestra.

Un nuevo abrazo, Javier, desde los llanos y esperando las deseadas lluvias... ya llegaron.

 

Sí, tienes razón, también el Cidacos en su parte alta está más protegido, lo dragaron ya próximo a su desembocadura en el Ebro. Y como Calahorra está situada justo allí, pues me afectó de pleno. Por cierto, también dragaron el río Ega y al mismo Ebro por esa zona.
Antes de eso, muchos padres llevaban a toda la familia a pasar el domingo a sus riberas al amparo de sus arboledas. Allí pasábamos todo el día, jugando con otros niños a una cosa u otra y en esos ríos aprendí a nadar. ¡Qué tiempos!
El progreso nos habrá aportado muchas cosas y comodidades, pero a mi me privó de lugares, de recovecos a los que tenía muchísimo cariño por todo lo que había disfrutado en ellos. Será ley de vida.... pero menuda ley, cachis la mar.
Gracias de nuevo, Alonso, es un placer hablar contigo, fíjate que ahora mismo noto una especie de desahogo.
Un fuerte abrazo.
Javier