El sueño del andante

El sueño del andante

La simpleza de los muertos
es ejemplo de unos tontos,
que aun estando bien despiertos
dejan sellos con sus prontos.

El complejo era de piedra,
animado por las mentes,
que bailaban a la izquierda
con monóculos y lentes.

Nadie piense que incorrecto
es el pomo de la puerta,
que se abrió por su defecto
con la imagen de una muerta.

Es la diosa del destino
la más grande y ruin ramera,
porque cobra al peregrino
y el importe queda fuera.

Con el pago del servicio
ya murió la nada hablante
recibiendo el sacrificio
que es el sueño del andante.

También andan los fantasmas
recogiendo los destinos,
que en volumen de los plasmas
nos retrata cuanto fuimos.

 

Divinidad de letras excelentes, suprema calidad maravillosa.

 

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