El viaje.

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Partí sintiéndome mujer alada.
Sin algo qué opusiera la salida.
La decisión ya hecha, consabida.
Una certeza más que desatada.

No hube de pensar, no era planeada.
Solo quise vivir postrer movida.
Siendo ya como soy, mujer vivida.
Quise beberme todo, dejar, nada.

La vida me ofreció la flor postrera
tan llena de color, aroma suave
y no dudé en montar la leve nave.

Llevóme por el cielo hasta la era
dónde vive mi hija, mi Paloma.
Salchichas y cervezas, rico aroma.​

 

Supongo que tu soneto es en sentido metafórico, y en el mismo sentido digo....
¡Caramba!, hoy es el día de los brindis.....
salud, Luciana, por viajar como una mujer alada y reencontrarte, acompañada de tan rico aroma, con tu hija Paloma.
Un abrazo.
Javier

 

Pues mereció la pena el viaje amiga Luciana, me encantan las salchichas y las cervezas y además como guinda el premio de la compañía de tu hija. Celebro leer este bello soneto nacido de tu inspiración, muchos besos con cariño y admiración.....muáááácksssssss

 

Mi Paloma vive en Alemania y yo en México. Si tuve que volar de verdad. Gracias por pasar y comentar. Un abrazo.

 

Muchas gracias, querida Isabel, por tu muy afectuoso y generoso comentario. Besotes y abrazos para ti. Luciana.

 

MarcosR. Un gran reencuentro,sí. Muchas gracias por tu amable comentario. Gran abrazo.