El vuelo de nuestra inocencia

Cuando era niño yo no sabía
que llegaría un día en el que dejaría de serlo
y que vería los veranos interminables de mi infancia
colgando moribundos de las ramas de los árboles,
nunca imaginé ver la sombra huyendo de los parques
cuando llega el frío, pero mis alas se rompieron
y pronto empecé a oír en mis sueños
el grito malherido de las calles de mis juegos
camino de los abismos púrpuras de mi juventud.

El vuelo lleno de riquezas del tiempo de nuestra inocencia
es un obsequio del cielo, pero lo bueno
es una brisa en la boca efímera de la primavera
que viene, nos besa en la mejilla y se va,
es inútil intentar hacer nuestra su poesía,
sus veros de colores y de alegría se marchitan
y se nos hace vieja la eternidad.
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Su poema atrae recuerdos donde la felicidad fue más fácil de conseguir jeje bueno a mí percepción y voluntad .
Sin duda alguna lo bueno germina desde nuestra inocencia .
Bello y sentido poema.
Saludos.