Elevaciones sin caídas

He dejado todas las partidas en las manos

He dejado al padre dentro del hijo

En su bolsa marsupial de salto

De zumbido de abeja

He dejado en el alborear de rayas doradas

Una nube que espera una cabeza /

Dentro del amor de tanque

Una onomatopeya no encuentra el

corazón

Que vuela

Ese tiritar de pólvora dentro del hueso

Ese mirar despacio para no perder la sombra

Ese acostumbrado espasmo de la boca

cuando se quiere ir del cuerpo Del

andamio del Sí del No

Y sin embargo esa movilización

revolucionaria de los ojos

en tus ojos

en tu boca

de protesta en la derrota

Del rojo despintado del corazón

En el picor de viento del estio

Y tu cabeza en la nube

Y de tu pólvora en mi hueso

De sostenerme en el Sí para no caer

Y seguir un día más en tu espejo...

 

Buen poema Marquelo. Un abrazo con la pluma del alma

 

Tengo frío junto a los manantiales. He subido hasta cansar mi corazón.
Hay yerba negra en las laderas y azucenas cárdenas entre sombras, pero, ¿ qué hago yo delante del abismo ?
Bajo las águilas silenciosas, la inmensidad carece de significado.

 

Buen poema Gustavo. Un abrazo con la pluma del alma

 

Lea a Gamoneda

 

Gracias por la recomendación. Has leído a Gioconda Belli?

 

Saludos cordiales de domingo.