En esta parada me bajo

EN ESTA PARADA ME BAJO

Tengo que ser el rastrillo que repliega
las espirales de heno.
La guadaña que corta histérica,
impertérrita,
con afán de bisturí.

Ruedas, mecánica, líquidos,
pinchazos, música metálica;
ventanillas insalvables y maletero posterior.

Hija de mis deficiencias y triunfos estrambóticos,
de deseo por conseguir, por ser.
Dormilona sobre un colchón almidonado,
resguardado de Ufrates, de ello,
majestuoso poderío como elfo bello y vigoroso.

Así es mi auto, estrangulado por la lluvia y ensordecedor calor;
deseando moverse o si no me bajo.​

 

Yo gozo el camino. Pero para ello, empleo mi cuerpo entero, de los pies a la cabeza. Doy paseos por la ciudad, varias veces por semana. Enfrentándome a mis miedos ancestrales.