Epoca de cambio.

Recorrido está el camino,
entre espinas y alegría,
usas la tecnologīa:
con un acucioso tino
siguiendo vas tu destino,
las redes son un baluarte
para poder manejarte,
el cambio ya se te arrima,
buscando siempre buen clima.
vas tratando de adaptarte.

Los años dan experiencias
que facilitan vivir.
Es mås fácil compartir,
aceptar las exigencias,
procediendo con prudencia..
buscando la direción.
El manejo, educación,
que en toda la acción empalma;
nos va entregando la calma,
en busca de proyecciön.

Los eventos ya lejanos,
se traen a la memoria,
ellos conforman la historia;
te llevan a muchos planos.
A aquellos tiempos tempranos,
en épocas diferentes.
Donde el aire, era cadente,
juegos, mucha entretenciön
con tecnologīa ausente.

Los cambios en el vivir,
van anidando sucesos,
transmitidos en progreso
y la misión de servir.
Agilizan el vivir,
facilitando la acciön:
sacando por conclusión..
que la máquina aventaja,
al hombre lo desenlaza,
lo baja de posisión.

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El hombre es un ratón,
dentro de una caja de zapatos.
La caja es Madre Naturaleza.





Y el hombre, poeta,
de los pies a la cabeza.
El trozo de queso,
dentro de un laberinto.
¡ Hasta el quinto pino ha de ir !





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El Come-cocos o Pacman.
Y dentro del vídeo-juego,
parece que disfrutamos.
Luminoso, bello, didáctico,
¡ Buenos reflejos !





Si nos dejamos los ojos,
fritos, como huevos en la pantalla
( si la pantalla fuera sartén, sobre el fogón ),
los limpiaremos adecuadamente
con la orina más reciente.
Y ese remedio casero, para mí,
es suficiente. Lo que ocurre,
es que otros juegos divertidos,
nos parecen coser y cantar,
o pan comido, o quizá,
primitivos y arriesgados.





Con lo cuál, nos quedamos embobados,
con los fuegos artificiales,
ya sean Disney, Pixar, SEGA,
Nintendo, y en híper-actividad,
e incluso epìlepsia, ya ¡ Nos estamos doctorando !
Homo Zapping, cambia de canal,
en el Televisor de su casa.
Substituye la caja tonta, al antiguo
fuego del hogar o chimenea.
Ya, no hay castañas asadas, en una sartén
que dispone de agujeros.
Hoy en día, comemos anuncios publicitarios.
Pues la imaginación al Poder llegó.
Mucho más lejos que los Nazis y los arios.