Espinas

El jardín que formamos
lleno de rosas rojas,
color de tus labios, color carmesí;
ahogado de espinas es hoy,
que dañan, que agrietan cada respiro
e hincan e incomodan nuestro frenesí.

Ya los besos que nos damos
no tienen el mismo sabor,
aquel sabor a miel que saboreaba cada día
es ahora amargo, oliente..;
encarnada la espina..,
rasgando el alma que un día beso tu sombra,
mar de espinas que crecieron como musgo
en el coral de mí ensangrentada herida.

Allí estamos parados, entre espinas;
queriendo cortar.., pero crecen de solo mirar
Ohh mi amor, cuanto dolor, cuanto mi amor..
desde que vi aquella poesía que no era mía
que escribías en pieles ajenas,
lejos de nuestro jardín.., lejos de mi...;
solo plantaron espinas, en nuestro corazón.

El cactus de tus abrazos, dañan mi piel,
mi alma en pena recita aquella poesía
pero como si fuera una simple alegoría;
atrás quedaron mis cuidados, del jardín florido
que plantamos y ahora solo son caminos…, mal heridos.

 

El amor no puede dar cabida a rencores. Es entonces cuando las espinas hieren todo lo bello construído. Saludos Joaquín. Dejas un poema en el que el dolor se palpa a cada verso. Buen poema.

 

Gracias Antares por pasar y dejar tu huella