Este verano frío

Nos conocimos entre dos otoños que no perdieron sus hojas,
en una estación de tren con destino a ningún sitio fijo
cuyos railes hablaban idiomas distintos,
imposible encontrar así un destino
que no estuviera malherido y encerrado
en un tarro de cristal a punto de caducar,
maquillamos el viento con caracola de mar
e hicimos crucigramas con nuestros dedos
tratando de descifrar el destino reservado para los veranos fríos
a los cuales nos hicimos adictos.

Fuimos islas de silencio en un mar de ruidos
rodeados de un paisaje aburrido sin pájaros que echar a volar,
dos figuras de hielo sin huesos y sin esqueleto
sin pista de baile ni música para bailar.
***
**
*
​