¡ Eureka !

Estábamos entusiasmados,
con aquella estrategia.
¿ Recuerdas, la clave de Sol ?
Armadura, ritmo ternario, arpegio.


Pentagrama musical, y Petrof, el piano.


Desde entonces, hasta ahora,
han pasado casi dos décadas.
Hemos aprendido mucho, cada día.
Pero imagino que cabe, aún, más información,


en una biblioteca.


¿ Qué le vamos a hacer ?
Somos criaturas. Del canasto o cuna del nascitirus,
o naonato *, al féretro o ataúd de la sepultura.
Y para tocar el piano, hay que tener garbo,





y echarle cara-dura.


Bueno, ¿ Podrías responderme ?
¿ Sabes quién soy ? ¿ Me has olvidado ?
¿ No tienes ganas de recibirme ? Prefieres
pulular por las majestuosas montañas.


Moraleja: << ¡ Claro que te conozco !
Tú eras Ricardo Borriquero,
y yo, Perico el de los Palotes,
que intentamos besar a Rita la Cantaora. >>


( * ) Palabra nueva: Nave nacida. Naonata... Pero lo correcto es neonato. Un bebé.

 

Gracias por comentar, amigos y discípulos, o profesores, dependiendo de la ocasión.
En este poema, hago referencia a un amigo de mi adolescencia y Juventud, con el cuál, ideé un grupo musical que nos catapultaría a la fama. Sin embargo, ante la ausencia de ideas provechosas, nos vimos obligados a deshacer la empresa, repartiéndonos los escasos beneficios, que equivalían a un par de bocatas de Nocilla ( leche, cacao, avellanas y azúcar... Nocilla ).