Fantasma.

Es noche obscura, y el lienzo,
blanco como la miga de pan,
espera a la mantequilla de cacahuete,
a la carne de membrillo y a la mermelada de ciruelas amarillas.


El desayuno no es arte, pero se le parece.


No es pintura al óleo, y sin embargo,
café y leche comulgan tan bien, entre sí,
como el Yin y el Yang.
Mil luciérnagas enamoradas del ayer,


pues todo se basa en los Recuerdos.


Al igual que el jamón serrano, el chorizo,
la morcilla o las salchichas,
siempre se basan en el cerdo.
Éste, a su vez, probó las bellotas de la encina.


Y entonces, el arte y la ciencia, se dan la mano en la cocina.

 

Me inspiras, bella Bristy, y ya soy candidato al premio Nóbel. Muack.

 

Ese fantasma, una bruma
con forma humana y capucha...
se inclinaba ante mi cuna.

Cuando por fin se apartaba,
dejaba ver la ventana
y me miraba la luna.

Nunca se lo dije a nadie,
no tuve miedo de niño,
pero no olvido al fantasma
la ventana, ni la luna.

 

Espera Bristy que en un rato lo publico completado.

 

Bello poema. un placer leerte.
Un abrazo fraterno.

 

En un instante hasta te roban un beso amiga jeje, muy bello poema.

 

Un destello de luciérnaga.