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Fiesta en el parque Montbenon

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Sigifredo Silva Rodríguez, 9 de Febrero de 2019. Respuestas: 4 | Visitas: 380

  1. Sigifredo Silva Rodríguez

    Sigifredo Silva Rodríguez Poeta adicto al portal

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    Capítulo I

    El parque Montbenon se presentaba engalanado y pletórico de alegría; el entusiasmo se irradiaba por todos los aristas de su figura. La música tropical se introducía en el tímpano del transeúnte a tal punto que este no alcanzaba a enteder lo que se había operado en uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad, sorprendido tanto por las notas musicales que surcaban el aire como por el alborozo de una multitud, fogosa, sumergida en los vaivenes del espectáculo e hipnotizada por las danzas presentadas con tanto tino por los organizadores del certamen.
    El dios Baco estaba presente como personalidad de cierta transcendencia pero sin que sus efectos nocivos llegasen a maltratar la compostura ni individual ni colectiva del conglomerado, era evidente que se estaba ante un grupo culto y maduro socialmente, donde reinaba la camaraderia y el respeto.
    Pero, ¿qué era lo que se estaba celebrando? ¿Por qué tanta gente reunida? Acaso, ¿es que se había vuelto loco algún sector de la población?
    Esas y otras preguntas eran las que se hacían muchos de los desprevenidos ciudadanos que andaban por el lugar en una tarde radiante de sol con una temperatura algo canicular. En su curiosidad muchos de ellos se acercaban al sitio de concentración para preguntar la causa de tanto alboroto; una vez satisfecha su intriga se quedaban también disfrutando de la fiesta. En medio de esos curiosos caminantes que andaban por el lugar alcancé a observar a Farah, un sirio que conocí en la universidad unos años atrás, quien al verme se me acercó y en un español entendible me saludó y me dijo:
    -"Felicitaciones amigo por estar celebrando el día de la independencia de Colombia".
    -Sí, efectivamente, Farah, -le dije; -el día de la independencia de Colombia es el 20 de julio, pero, obviamente, lo estamos celebrando hoy sábado y mañana domingo, invitándolo a participar en el festejo.
    Al amigo Farah lo llevé por todas y cada una de las casetas, que estaban instaladas al rededor de la pista de presentaciones y de baile, donde vendían toda clase de comida típica colombiana: la famosa bandeja paisa, la mazamorra chiquita, tamales, masato, pan de bono, almojábanas, arepa d´e huevo, empanadas, etc. El amigo, Farah, se comió una arepa d'e huevo con un masato; no degustó de la bandeja paisa ya que su religión le prohibe el cerdo, así como el alcohol. Acto seguido, nos pusimos a ver las presentaciones que se estaban realizando en ese momento; al cabo de unas dos horas, más no menos, al acabar la tanda de presentaciones, el amigo partió.

    Capítulo II
    A los acordes de un conjunto musical colombiano comenzaron a saltar a la pista de baile las parejas y no parejas: hombres por un lado y mujeres por el otro, para luego confundirse todos entre ellos, formando una masa compacta, móvil, vibrante y colorida.
    Yo me deleitaba observando ese movimiento humano acompasado, que formaba toda clase de figuras geométricas y artísticas. Cuando me disponía a comprar "une bière", "una birra", en buen romance, una cerveza, para calentar motores y ponerme a tono con el momento, alguien por detrás me tocó el hombro al tiempo que oí dos voces que me dijeron: -"pa". -Eran mis dos hijos: Lesly y Sergey, quienes acababan de llegar.
    La fiesta se puso más emotiva y animosa; salpicaba el aguardiente por un lado, los chistes por el otro, las anécdotas afloraban con desbordante agilidad. Por un rincón de la pista una suicita que bailaba toda liberada, una cumbia, con un cartagenero, exclamó en perfecto colombiano:
    -"¡Qué vaina tan chévere!; mas, no supe a que se refería la encantadora helvética, si a la música que se le colaba por todos sus poros o a lo propuesta que en ese momento le estaba haciendo el moreno que la tenía agarrada por la cintura.
    Cuando la fiesta estaba en su punto máximo de locura colectiva, yo me encontraba danzando con una dominicana entre ese mar humano, se silenció la música y una voz como salida de alguna catatumba egipcia dijo:
    -"Señores y señoras, me acaban de llamar de la policía indicándome que en cinco minutos se acaba el permiso concedido por la comuna; por lo tanto, estaremos pasando en unos instante para verificar que todo esté limpio, en silencio y despejado el lugar. Eran las 23:25
    La multitud decepcionada solo alcanzó a decir:
    -"Esta policía suiza..."
     
    #1
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  2. Manolo Martínez

    Manolo Martínez Poeta fiel al portal

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    ¡Noooo... tan linda que estaba la fiesta! ...

    y bueno, los europeos son así de puntuales y ordenados. Quizás no comprenden esa alegría y ese ritmo que nosotros los latino-americanos sentimos y llevamos en la sangre, y lo importante que es para nosotros, estando lejos de nuestras tierras, el conmemorar y festejar el día de la independencia de cada uno de nuestros países.

    Está demás decirte que el relato es estupendo, de lujo, mi estimado amigo Sigifredo. Ojalá que muchos compañeros en el portal lo puedan disfrutar como lo hice yo.

    Te envío un gran abrazo.
     
    #2
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  3. Sigifredo Silva Rodríguez

    Sigifredo Silva Rodríguez Poeta adicto al portal

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    La puntualidad y el ordenamiento del suizo no tiene parangón ninguno, por eso es que este país marcha bien. Es un país super capitalista donde hay ricos y pobres, lo que no hay es pobreza extrema; una persona con lo que gana puede vivir de manera decente e inclusive puede ahorar para sus vacaciones, cosa diferente lo que pasa en nuestros países donde hay mucha miseria.
    Gracias por tu apreciación sobre el relato. Suerte.
     
    #3
  4. bristy

    bristy Miembro del Jurado Miembro del Equipo Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    Excelente relato poeta, muy entretenida tu historia….una fiesta latina. Todos conocemos eso , y mientras transcurre las horas más entusiasta se pone la gente, pero claro….estamos en Europa y ciertas costumbres son muy diferentes. Bastante orden , disciplina se exige , especialmente cuando se trata de permisos públicos , para no estorbar la vida de los demás. Cierto respeto a los habitantes del lugar etc etc. E incluso cuando se celebra algo ,un cumpleaños u otra cosa en casa o algún establecimiento cerrado, se debe respetar la hora , aún más , no puedes trabajar en casa con el martillo o escuchar música fuerte, porque al día siguiente tus vecinos deben trabajar...todo eso lo comprendo...y lo acepto. Sólo si quieres alargar una fiestecita en tu casa debes invitar a los vecinos, así nadie reclama ni llama a la policía, jajaja..es una buena idea. Un abrazo
     
    #4
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  5. Sigifredo Silva Rodríguez

    Sigifredo Silva Rodríguez Poeta adicto al portal

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    "Sólo si quieres alargar una fiestecita en tu casa debes invitar a los vecinos, así nadie reclama ni llama a la policía, jajaja..es una buena idea."
    Jaaaaaaaaaaaaaj. Buena idea; habrá que hacerlo. Gracias por pasar y dejar tu huella. Te cuidas.
     
    #5
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