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FRANCISCO LUIS BERNARDEZ

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por ZAHOIS, 7 de Octubre de 2005. Respuestas: 0 | Visitas: 8723

  1. ZAHOIS

    ZAHOIS Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    31 de Mayo de 2005
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    Biografía

    Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1900.
    Inició su carrera literaria en España y Portugal, países donde estuvo radicado por mucho tiempo. Tiene su obra una entonación lírica y romántica influida por los poetas místicos, pero conservando su propio estilo que siempre reflejó su criterio y su forma de enfocar la belleza de la vida.
    Fue miembro de la Academia Argentina de Letras.
    Entre sus obras más destacadas se cuentan: «El buque», «La ciudad sin Laura, «Poemas elementales» y «Poemas de carne» y hueso».
    Falleció en 1978.

    ALGUNAS DE SUS OBRAS:
    AMOR ANTIGUO

    EL DESTELLO

    ESTAR ENAMORADO

    LA CIUDAD SIN LAURA

    LA LÁGRIMA

    LA PALABRA

    ROMANCE

    ROMANCE DE LA NIÑA CORDOBESA

    SILENCIO

    SONETO

    SONETO II

    SONETO A LA DONCELLA LEJANA

    SONETO AUSENTE

    SONETO DE LA ENCARNACIÓN

    SONETO DE LA UNIDAD DEL ALMA

    SONETO DEL AMOR MILAGROSO

    SONETO DEL AMOR VICTORIOSO

    SONETO ENAMORADO

    SONETO GRABADO EN EL TRONCO DE UN ÁRBOL

    SONETO INTERIOR

    SONETO LEJANO
    xxxxxxxxxxxxx
    ROMANCE DE LA NIÑA CORDOBESA

    En su vecindad el tiempo
    parece que no corriera,
    pues el invierno es verano,
    y el otoño, primavera:
    Las noches se vuelven días,
    los días no tienen fecha,
    y cuando el sol se termina
    parece que el sol empieza.
    Sus ojos siempre lejanos
    a pesar de su presencia
    (porque miran de muy lejos
    aunque miren de muy cerca)
    son dos pájaros oscuros,
    desterrados de la tierra:
    Uno se llama nostalgia
    y otro se llama tristeza.
    Las mañanas y las tardes
    de Córdoba son más bellas
    que las del resto del mundo
    porque las frente las sueña;
    y las noches de los otros
    (para mí no puede haberlas)
    han aprendido su oficio
    en la de su cabellera.
    Su voz es como el arroyo
    pensativo de la tierra,
    que dulcifica el paisaje
    por más huraño que sea,
    pues aunque sus aguas dulces
    van pensando en lo que piensan,
    dejan como por descuido
    una flor en cada piedra.
    En mi vida he visto nada
    como sus manos morenas
    para alumbrar mi camino
    con la luz de sus estrellas:
    La derecha me señala
    el rumbo de su cabeza.
    Y el seguro derrotero
    de su corazón la izquierda.
    Su presencia es como el vino
    que, junto a la chimenea,
    toma el viajero cansado
    para recobrar sus fuerzas,
    mientras el viento y la lluvia
    están llamando a la puerta,
    como queriendo decirle
    que en el camino lo esperan.
    Quiero vivir en un mundo
    maravilloso que tenga
    su frente por horizonte
    y sus ojos por fronteras,
    sin más noches que la dulce
    noche de su cabellera,
    ni más estrella de plata
    que las de sus manos buenas,
    soñando mañana y tarde,
    por única recompensa,
    con el laurel de su nombre
    para ceñir mi cabeza,
    y dando todas las voces
    musicales de la tierra
    por una sola palabra
    de la niña cordobesa.


    LA LÁGRIMA

    No sé quién la lloró, pero la siento
    (por su calor secreto y su amargura)
    como brotada de mi desventura,
    como nacida de mi desaliento.

    Quizá desde un lejano sufrimiento,
    desde los ojos de una estrella pura,
    se abrió camino por la noche oscura
    para llegar hasta mi sentimiento.

    Pero la siento mía, porque alumbra
    mi corazón sin esa luz sin tasa
    que sólo puede dar el propio fuego:

    Rayo del mismo sol que me deslumbra,
    chispa del mismo incendio que me abrasa,
    gota del mismo mar en que me anego.


    SONETO ENAMORADO

    Dulce como el arroyo soñoliento,
    mansa como la lluvia distraída,
    pura como la rosa florecida
    y próxima y lejana como el viento.

    Esta mujer que siente lo que siente
    y está sangrando por mi propia herida
    tiene la forma justa de mi vida
    y la medida de mi pensamiento.

    Cuando me quejo, es ella mi querella,
    y cuando callo, mi silencio es ella,
    y cuando canto, es ella mi canción.

    Cuando confío, es ella la confianza,
    y cuando espero, es ella la esperanza,
    y cuando vivo, es ella el corazón.
     
    #1

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