Fuego, inteciones y cenizas.

Ardió la distancia bajo la calidez de estos versos,
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Ahora la vida ya no es un complemento hecho a medida.
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Saber que moriremos nos obliga a pensar en el ahora,
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lo último, la mayor distancia que no arde, nos advierte sobre la brevedad de la vida.
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A veces pienso como fuimos tan cobardes de esconder el amor en libros,
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En sacar lo feo a la calle, la guerra, sangre y lodo.
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Otras veces me consuelo con saber de valientes que preguntan que escriben que lloran,
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Pero hoy a salido en las noticias un tiroteo en una escuela,
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ayer violaron a una muchacha una manada,
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bueno y hoy los muertos siguen muertos,
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la manada, su crimen solo fue una fiesta más.
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Por mucho que apague el televisor los animales devoran la vida,
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y salgo a la calle y la sociedad parece enferma y perdida, sin vida.
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No puedo evitar preguntarme si habrá un hueco para mí en esta vida,
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me niego a hacerme un hueco a ser un instrumento del capitalismo,
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y ya como despedida solo decir que tuve suerte de robar aquel libro.​