Guitarra añeja

Sobre el poema

Durante la vida, he dedicado a Silvio Rodríguez varios poemas, aunque supongo que él no lo sepa; y seguramente no recuerda ni de mi existencia, pues no conversamos hace casi 50 años. Probablemente este sea el primero de esos poemas.

GUITARRA AÑEJA
(Cincuenta años después)

A Silvio, y a su guitarra,
que alguna vez toqué con mis manos.

Y qué decir, amigo camarada,
qué decir viejo compañero de las cuerdas,
del silencio de los que oyen,
de la ceguera de los que ven,
de la ignorancia de los que saben.

Y qué decir, amigo de las calles sin fronteras,
de qué sirve ver y oír
si la tierra es redonda
y todos lo saben,
y nadie lo sabe.

Ver y oír es todo, o es nada,
(solo silencio, ceguera, ignorancia)
si acaso ni siquiera somos lo que fuimos,
si apenas comprendemos
que fuimos y no somos.

Por eso,
ver y oír es mucho o poco
si mucho o poco somos capaces de hacer
con seis cuerdas
y la llama candente que brota
tras la música de una guitarra añeja.

Frank Calle (23 / dic / 1968)

 

Hace 50 años que escribiste ese poema...
¡ Bueno ! ¿ Cómo lo recuerdas, íntegramente ?
O has improvisado, sobre la marcha...
Caramba, ¿ Guardaste tus apuntes, en una carpeta ?
Silvo Rodríguez se sentiría orgulloso.

 

Me encantan los poemas a la guitarras, compañeras de alegrías y penas. Muy bello tu poema dedicado al gran Silvio Rodríguez, y a esa guitarra añeja (preciosa imágen lírica). Saludos afectuosos.

Guitarras, lloren guitarras
violines lloren igual
dejen que yo me vaya
con el silencio de su cantar.

Gritemos a pecho abierto.....

no

 

No lo creerás, pero tengo incluso uno de los primeros poemas que escribí, casi siendo niño.

Ser o no ser
o ser sin saber qué somos
o lo que somos no somos
sin saber que somos
lo que no podemos ser.

Cuando decidí abrir mi Caja de Pandora de la poesía, con motivo de mis 70 cumpleaños, estuve semanas haciendo una selección, y botando el resto al silencio definitivo. El primero en criticarme fue Vicente Feliú, que me llevó a Silvio por aquella época, y es la única persona que ha tenido conocimiento de mi obra. Vicente considera que fue un error; opina que el autor no debe negarse a si mismo, no debe convertirse en juez de su propia obra, dejando trunca la trayectoria.

Pero lo hecho hecho está, y el tiempo dirá si también los afortunados seleccionados debieron correr la misma suerte.

En cuanto a Silvio, tenía una memoria prodigiosa y una productividad increible. Me considero muy afortunado de haber estado presente en el momento en que dio a conocer, dentro de sú círculo de seguidores, muchas de las canciones que luego fueron historia. Recuerdo que en un solo mes, compuso a un ritmo mínimo de dos por día.

Gracias Nommo.

Gracias Francisca.

Un abrazo

Frank
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Frank, a duras penas podría aplaudirte, porque te muestras partidario del tributo a quienes, en verdad, lo merecen. Sin embargo, has acertado en el elogio: Silvio Rodríguez, y su gran memoria. Pues todo se basa en los Recuerdos. Tus poemas son valiosos, si encierran algo de Sabiduría. No importa si los escribiste siendo un mozuelo. Pues hay vida en la materia. ¡ El Universo está vivo ! Y así, también en animales, plantas y minerales. Incluso en los niños, o en los dulces sueños. La mente es más propicia, de cara a los reinos celestiales, en los más pequeños. Luego, de mayores, nos obstinamos en esta preciosa vida, que no deja de ser como una piedra preciosa. Pero en las raíces, hay más tesoros escondidos. Más amigos, dentro de los baúles enterrados. Amigos muñecos. Amigos erizos. Amigos coches teledirigidos. Amigas canicas, y amigos trompos. No olvidemos nuestros primeros pasos, pues como son, serán. Como son de pequeños, serán de mayores. ¿ Cómo era yo, de pequeño ? ¿ Lobo feroz, abominable hombre de las nieves, o conde Drákula ? Y con el paso de los años, aquí me tienen: ¡ Obispo ! O algo parecido a ministro de la Iglesia Católica. No oficialmente, sino apócrifo. Como un libro lujosamente encuadernado, pero dejado a la vera del camino, en la cuneta. Para que lo lean quienes lo consideren apto. ¡ Apto, para sus vidas apartadas del mundanal ruido ! ¡ Apto, para los sonidos mentales ! Apto, para los colores, mezclados con sonidos. Apto, para la delfinoterapia. Luego por tanto, no te aplaudo, Frank; te siento. Te percibo, como un ilustre hidalgo manchego, que gobernó una ínsula, al comprender que los molinos no son gigantes, sino molinos. Y pudo embarcarse hacia las Indias Occidentales, reanudando su faceta humanista, que aúna genialidad y sentido común, pues lo cortés no quita lo valiente, y no por mucho madrugar, amanece más temprano.

 

Yo conservo tus comentarios, porque siempre hay relaciones de ideas que no se pueden leer a la ligera. Supongo que tengas razón en la imagen que das, y puedo tomarla por elogio, porque estamos hablando del mundo de la poesía, que haces extensivo a la vida, y me parece muy cierto. Yo guardé por muchos años algunas de las cosas que refieres, hasta que la propia vida se ocupo de recortar el camino de los recuerdos.

En realidad, en otros contextos soy una persona diferente, porque no puedo mezclar la poesía con la responsabilidad profesional, que no son pocas, aunque ya llevo 5 años de jubilado. En ciertas circunstancias tengo que asumir la autoridad de un Juez, o de Presidente de un tribunal académico, o de revisor de trabajos científicos o de aprobar o denegar una categoría académica, etc. etc. Solo en este momento, tengo 70 estudiantes a los que debo evaluar de manera responsable, por simple ética profesional, en asignaturas que son muy difíciles. Y es solo un ejemplo.

Estimo mucho lo que dices, porque la poesía está resultando ser un refugio de esa otra realidad, y me siento como un humilde aprendiz, que desea aprender y recuperar el tiempo perdido.

Un abrazo,

Frank
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Por ejemplo, esta señora...
Fíjate en su mirada.
¿ Qué nos dice ?
Ella es mensajera del Señor.


Pero aparte de todo ello, enuncia unas escrituras islámicas.


Y ahí, comienza su forcejeo con la lógica.
Puesto que en cada mundo habitado, cuantas más creencias tienen, más atrasados están.
Por ello, celebro tu Amor por la ciencia, y por la ética.
Eso te dota de alas, para avanzar, en los senderos de perfeccionamiento que conducen a la plenitud.


Y finalmente, alcanzamos el Gozo de la diversidad.
Que no discrimina a nadie. Aunque sea musulmana.