Hasta donde pueden llegar mis manos...

Déjame probar hasta donde pueden llegar mis manos,

Horizontes prometidos con un final nada claro,

Extrañas curvas que nunca se reflejaron en un mapa,

Y que cada día te convierten de nuevo en una extraña.

Calentamiento previo, aún no estoy preparado,

Mis dedos quieren encontrar más de lo soñado,

Aquello que tanto promete y a la vez obsesiona

Por no saber si hoy por fin llegará de nuevo la hora.

Déjame empujarte al precipicio y salvarte en el último momento,

Déjame llevarte al suplicio de no poder controlar tu cuerpo.

Déjame ver donde te pueden llevar mis manos,

Viajes sin destino permitidos con descaro,

Los acordes desafinados de una linda guitarra,

Que llora con desamparo si no se siente deseada.

Llega el momento, el tiempo se detiene,

No importa rendirse si el castigo te conviene,

Sentirnos de nuevo niños como la primera vez,

Pidiéndote consuelo acurrucado bajo tus pies.

Déjame perderme, encontrarte, mostrarte tesoros,

Déjame encontrar en tus huecos el refugio que añoro.

Déjame sentir que pueden hacerte sentir mis manos,

Navegando por tu cuerpo sin permisos ni pecados,

Sin miramientos, sin remordimientos, sin reparos,

Sin cuentos, sin secretos, sin esperar regalos.

Yo tu esclavo, mis manos tus siervos de caricias

Que se desviven por fundirse en tu piel cristalina.

Déjame sobrepasarme, excederme, moldearte,

Déjame llevarte donde no te ha llevado nadie.

Déjame mostraste lo prohibido, entregarte lo sagrado,

Déjame enseñarte el mundo a través de mis manos.

Déjame que viva ahora el momento sin esperar a mañana,

Déjame pensar que serás siempre mía atrapada entre mis garras.

Mis tiernas garras.