Hasta ocho puedo contar

leer entre líneas
besos de plata peces
que cantan canciones armadas por soldados sin boca
la playa está fría
le faltan los abrazos de los osos polares
¿dónde están los sastres cuando se necesitan?
y todo se para pero vuelve la calle está desierta y el amor
es solo un sinsentido más que reposa en el borde de la terraza
los hombres de brazos caídos se sientan en un círculo orquestado
para escuchar a la gran orquesta de ranas en su último concierto
ya lo dijo el filósofo aquel:
"si tropiezas una vez,
quizás sea razón para matar a unos cuantos cangrejos"

que risa da mirar a los muertos en el cementerio
hay tanto silencio que parece que
en cualquier momento uno de ellos se va a levantar
y va a contar el mejor chiste que jamás un ser estante ha escuchado
la página en blanco ¿qué es eso?
solo conozco manchas manchas y más manchas
que se voltean y hacen pasos extraños ballets olvidados

hay críticos sentados en las butacas del gran teatro
creo que esperan, pero no tengo claro a quién
¿qué hacen señores míos, pervirtiendo a los hijos de las sombras?
déjelos, buen señor mío,
no creo que a nadie le haga daño un poco de alcohol por la nariz

sangre por las piernas
se vuelve siniestro el ambiente puede ser
rompe contra el sueño el huevo que alguna vez te vió nacer
del puente cuelgan las miradas
de los desquiciados de esos que alguna vez pudieron ser tus padres
mientras por el río fluyen
los televisores en blanco y negro que dominaron el mundo
periódicos y más periódicos patrullan las calles de la ciudad
en busca de el que escribió PUTA en las paredes del gran congreso
la vieja de pelo verde se escandaliza y enseña las tetas
vuélvete, enciéndete, sacrifícate y después sonríe
¿acaso no es divertido morir sin pensarlo?

Hasta ocho puedo contar
y ahora mírame
soy hijo de aquel
que encontarro en la basura con una baraja de cartas en la mano

¿ves hasta donde puedo llegar
por un poco de jabón de manos?
sé una onomatopeya buena
y ven a buscarme.