Hijos del ocaso

Del fin de los pasos cansados
surge agrio vapor negro
de crisantemos vencidos.

Desparramadas lápidas
moldeadas por la soledad
que teme morir sola.

Sueño de los sin gloria
cubiertos de arena
por no creer en la gloria.

Son hijos del ocaso
muertos por un sol
huérfano de pasión.

Niños jóvenes ancianos
valijas de carne
olvidas por los tiempos.

Desertores de la fe
luchadores de nada
medallas de escepticismo.

Rugientes ociosos
que usan la imaginación
en lugar del cañón.

Como ellos quisiera morir
entre sus mismas
lápidas desparramadas.

Con esta breve
y orgullosa leyenda
“Aquí yace otro ocaso, no molestar”.

 

UY!!! y Ay!!! eso si que es desesperanza a pleno, sin lugar siquiera para el escepticismo.
terriblemente fuerte y desalentador, pero ha sido un gusto encontrarme con estas letras
besos

 

Bellísimo poema, un placer pasar

 

Excelentes imágenes y verdades que duelen, pero así de crudas son, así es la realidad circundante e interior de muchos. Gran gusto leerte. Abrazos sinceros y estrellas a tu pluma.

 

Hola mauricio, cambia esa agonía, y ese pesimismo, la vida es bella, te siento sin esperanza, la luz del sol brilla para todos. Saludos
¡SPONRIE!

 

Encuentro este poema y había olvidado tu comentario. Como siempre llego tarde a agradecer.
Vesoss