Hombre Milagro

La carta de presentación,
como todo ser inocente,
malintencionado amor,
algo que se pervierte.

Cuando rompes molde,
y cada regla por haber,
suplicas en su nombre,
o terminas como infiel.

Casi muscular sin afeitar,
ropaje simple milenario,
andando esta tierra aun va,
redimiendo almas pecados.

Estoy esperando,
en mi lecho de agonía,
al hombre milagro,
para ver luz de otro día.

Nunca fui supersticioso,
ni use amuletos o crucifijos,
construir en terreno pantanoso,
predecible derrumben tus castillos.

No importa como vivas,
en pecado o santidad,
cuando cae la cortina,
todos sangramos igual.

Cual fuerte sea tu fe,
aun puedes sucumbir,
el encanto de la piel,
todo ciega por sentir.

Siempre supe seria ordinario,
nunca aspire a fama ni gloria,
y ahora espero al hombre milagro,
ese todo puede y siempre perdona.

Hasta no ser dueños de calma,
y respirar mundo en armonía,
se irán los que traen la cizaña,
y llegara hombre que todo alivia.

El murió en la cruz,
por ajenos pecados,
que hago yo y haces tú,
dudar existen somos milagros…