Ícaro y sus alas de cera.

Descalificado...
¡ Salida nula !
¡ Emula, emula !
A aquellos maestros de luz, brillantes.


Carl Lewis, hijo del viento.


Michael Johnson, correcaminos.
Usaín Bolt, gran jamaicano...
Ben Johnson, que incrementaba su potencia,
hasta los 50 caballos.





¿ Combustible ? Anabolizantes.


¿ Hormonas ? ¿ Vitaminas ?
¿ Drogas, en modestas dosis ?
Los cambios radicales ahuyentan a los niños.
No puede uno alardear de evolución paulatina,


si ésta es drástica.


Poco a poco, es el camino,
para jumento, caballo y dromedario.
Rinoceronte, hipopótamo, elefante;
jirafa, avestruz y la gallina.


Aunque el caballo alado sea un Pegaso.


Cerca del Sol, asciende Ícaro.
Maestría en los juegos malabares.
Desde el circo, a los Juegos Olímpicos.
Antorcha en mano, pira ardiente,


que convierte en helado de turrón y crocanti.


¿ Cómo lo hizo ?
Sorbe las llamaradas...
¡ Escupe fuegos ! Es un Fakir de la India,
que duerme so una cama de clavos.


¡ Inaudito ! Imprevisible, cuando menos...


El espectáculo, rogamos, sea ameno.
Apto para todas las miradas.
Defendamos nuestros castos oídos.
A palabras necias, oídos sordos.


¿ Qué nos cuenta, señor de las infusiones ?





<< Hay bebidas energéticas,
como Red Bull, que te da alas.
Pero el milagro de la inteligencia,
lo ofrece la de Rooibos, yerba mate y cáñamo. >>


En muy modestas dosis...


Ea, pues, ¡ Magnífico !
Ea, pues, ¡ Aristócrata !
Ea, pues, ¡ Ya no es lo que solía ser,
antaño !


Más vale maña que fuerza.


<< Pero una vez, al año, no hace daño. >>

 

Gracias por comentar, Bristy.
Me gusta mucho superarme, como persona.
Aunque reconozco que soy algo, antes que alguien.
Y por ser algo, a veces, merezco un descanso.
Me encanta dormir profundamente, por las noches.