Jamás conocí a Delicia

¿Dónde empieza la maldad
y acaba la locura?
Donde termina mi cordura,
donde fluye su bravura,
donde se alonga la vecindad.
Un lápiz roto grita en el sillón
los secretos de los conspiradores,
espías, malvados y burladores
con cara de perros cazadores
que se esconden detrás de un millón.
No encontrarás tranquilidad de mente
en preguntas sin respuestas,
en canciones sin orquestas,
si a esto no le restas
su tranquilidad demente.
Silencio, y una risa solitaria
se abren paso en el edificio,
pareciendo casi un sacrificio
preguntar: "¿es por vicio
o por necesidad primaria?".
La dentadura le dice: "te vas,
y no aceptes regalos de violadores del sueño".
Así fue, y aunque sea su empeño,
no conseguirá ser mi dueño,
pero yo si seré su Barnabás.

 

Buenas pinceladas has dado, parece que llevar una crítica, a la gente despiadada.

Un abrazo.

 

Lo bueno es que cada uno vea lo que pueda y quiera . Gracias por el comentario.

 

Gracias :=)