La abuela.

Sumida en los recuerdos de su vida
que en ráfagas azotan su memoria,
empieza y no termina ni una historia,
imágenes como hojas en caída.

Recuerda de sus hijos la venida,
su cara se refleja en una noria
que desborda de rostros y de gloria,
maternidad feliz y bendecida.

Más vuelven los fantasmas de la infancia,
la aterradora ausencia de su madre
a hacerle los recuerdos dolorosos.

Son ochenta y cinco años, la fragancia
emana de su mente en el encuadre
de haber vivido cambios portentosos.​

 

Hermoso.... Reflejo del paso de la vida, que no es más que eso: una relación dual con la muerte.

 

Estimada Luciana,

un soneto donde vuestra sensibilidad queda harto reflejada.
En cada estrofa y en cada verso resaltan imágenes
afines a todos, de alguna manera.
Quien más, quien menos, la presencia de una abuela
en la familia también deja una huella imborrable.
Mis atentos saludos os dejo.

 

Una muy bella descripción que nos introduce bajo la piel de está anciana y detrás de sus ojos para remover recuerdos que a veces causan una mortal nostalgia y otras veces apuntalan un presente que amenaza con derrumbarse. Ha sido muy grato leerte. Un abrazo

 

Hermoso Poema Luciana. Felicitaciones desde Argentina. Cariños

 

Juglar, querido poeta, así es, has dado en el clavo. Gracias por comentar. Luciana.

 

Pues sí, estaba recordándola y me inspiré. Gracias por tu amable comentario. Luciana.

 

Yo tampoco tuve abuela, ella es mi madre, abuela de mis hijos. Cómo fue huérfana, por su lado no tuve abuelos y mi padre cuando se casó con ella ya había perdido a sus padres, así que no conocí a ninguno. Espero te salga todo bien en las fiestas Josefinas. Gracias por comentar. Luciana.

 

Isabel, querida poeta, gracias por tu generoso comentario. Un abrazo. Luciana.

 

ANAPLUCHINSKY, gracias por pasar y detenerte a leer y comentar. Un abrazo. Luciana.

 

Roland, muchas gracias por tu amable y generoso comentario. Un abrazo. Luciana.

 

El mundo se achica y se borronea para la gente muy mayor. Es una pérdida de protagonismo gradual. Hay pasajes del poema que eso parecen indicar.

Ha sido una agradable lectura, Luciana.

Te dejo mi gran saludo de siempre.

 

Ermenegildo, muchas gracias por la lectura y tu amable comentario. Este es un soneto viejo, lo escribí cuando mi madre, abuela de mis hijos, aún vivía, pero ya estaba muy enferma. Lo que más me sorprendía es como hacía recuento de los cambios y descubrimientos de los que ella fue testigo, como los aviones , el radio, la televisión, la internet, etc. y si realmente, el siglo XX en ese sentido fue maravilloso. Un abrazo. Luciana.