La batalla del puerto.

En un día cualquiera,
se declaran guerra,
dos grupos rivales.

Uno menos queda,
de la batalla previa,
siguiente quien sabe.

En la balacera del puerto,
tomaron por sorpresa,
a la familia del rancho.

El saldo solo un muerto,
quedo como advertencia,
para el bando contrario.

Un jacal de madera,
y los balazos rozando,
a la familia Mendoza.

Todos pecho a tierra,
decía Juan esquivando,
dura metralla de la tropa.

En el aire los silbidos,
comenzaron a temer,
pues acortaron distancia.

Roberto Jr. video testigo,
que molestaron a don José,
quien los ignoraba en hamaca.

Mario hizo gran coraje,
salió a prisa protestando,
y hasta dejo su camioneta.

Solo un hombre grande,
valiente como Marcos,
volvió con ella en una pieza.

En el retén de la loma,
a unos minutos de la riña,
sabían bien pero nadie se mete.

Ni de broma se asoman,
falsa policía recoge víctima,
posan para noticias día siguiente.

La batalla del puerto,
es otro claro ejemplo,
lo que pasa en muchas partes.

Es el mismo cuento,
drogas y jovenzuelos.
dinero fácil pagan con sangre…