La cena de un ministro en un restaurante (Soneto satírico)

Para el ministro, antes del primero,
una tapita de langosta buena,
un poco de caviar de buena mena,
y luego un bogavante va postrero.


Siquiera ha comenzado, el camarero
un chuletón le trae para la cena,
(siendo vegetariano poca pena
hincando el diente tiene el embustero).


Come sin pausa, cese y sin mesura,
lo que no sea carne le da risa,
prefiere un solomillo que verdura.


El médico privado bien le avisa,
si sigue así, además de su figura
deformará la tela en la camisa.

 

Hay que ver como se está poniendo el ministro que nos pinta v.m. El menú me encanta.

 

¡Quién pudiera así ciento! Como diría Calisto a su criado Pármeno. ¿O era a Sempronio? No me acuerdo, pero en fin, gracias por pasarte.

 

DAVID

JAJAJAJAJA

¡Qué imagen del panzón, perdón del Ministro!

Un abrazo fortísimo con estrellas.​

 

Muchas gracias por tu paso.
Otro abrazo.

 

Vaya que si, los señores
ministros comen langosta.
¡¡A nuestra costa!!
Si se rompe la camisa
otra nueva.
¡¡Se la hará María Luisa!!
Y si se acaba el dinero
no se apura para nada.
¡¡Coge otro, “pa” eso es el tesorero!!​

​

Buenísima tu sátira amigo,​

me encanto, te dejo estrellas y un abrazo.​

​

 

Muchas gracias,
otro abrazo

 

Gracias, Antonio.
Un abrazo.

 

Di que sí, envidia.
Gracias por pasarte.

 

Estoy en Semana Santa y me encuentro con tremendo churro
Pues a comer se ha dicho, grato leerte