La Cultura y la Escritura

Hace poco leí un topic que se llamaba “Los inhibidores de la escritura”, la idea que se pretendía desarrollar consistía en que muchas personas interesadas en la escritura se encontraban bloqueadas a la hora de escribir por ciertas creencias, como la de que para escribir era necesario tener una gran cultura y haber leído casi todo lo importante relacionado con el tema de escritura. Mencionaba estas creencias como las responsables de la inhibición, siendo que esas carencias eran las verdaderas responsables del bloqueo, bloqueo que no era tal –para mí-, sino que era una conciencia real acerca de las verdaderas capacidades del aspirante a escritor.

No todas las artes son similares, sin mucho pensar haría una distinción entre las artes plásticas, la música y las letras. Nadie dudaría que para dedicarse a las artes plásticas o a la música es necesario disponer de conocimientos y un talento específico, sin embargo, con las letras, debido a que toda persona que sepa leer y escribir puede tomar una hoja de papel y escribir, se piensa que es sólo cosa de hacerlo y mejorar con el tiempo. Una persona sin nada de cultura puede tener talento con las manos y tomar una madera y ponerse tallar, con el tiempo –si dispone de algo de talento- puede convertirse en un excelente artesano. Muchas son las artes donde puede bastar el talento para suplir la falta de cultura, pero con las letras ocurre algo distinto. En la plástica entran en juego dos cosas: talento y estética. Pero en las letras entran en juego además del talento y la estética: el sentido. Una mente estrecha y sin cultura no puede construir un sentido, no puede armar una experiencia, pues la experiencia se construye no sólo con el hacer cosas, sino con el reflexionar sobre esas cosas que se hace. En la experiencia existe una dimensión comunicativa, algo que se elabora para comunicar. ¿Cuál es la experiencia de alguien que sepa reparar algo y no pueda explicar cómo lo hace? En ese caso no se puede hablar de experiencia pues no existe la dimensión simbólica.

De las artes literarias la poesía es la más personal de todas, tal vez por ese motivo los escritores más intimistas, tal vez los más aislados, eligen ese medio de expresión, pues la reflexión está reducida al mínimo y sólo queda la representación de los más puros estados psíquicos. Así es como se representa el dolor, el abandono, las penas de amor, la contemplación pura, etc. Porque en realidad se emplea la palabra de forma distinta a como se emplea en la prosa, la palabra se emplea más para señalar, aludir, etc. Es como si se empleara la palabra para armar un sueño. La concentración de un estado emotivo se retrata en pocas palabras, como en el haiku. Y casi cualquiera con un poco de empatía puede captar lo expresado. Sin embargo, cuando lo que se quiere expresar es de mayor complejidad y se requiere de elaboración, todo cambia. También se puede emplear la poesía, sin embargo, ya se va acercando más a la prosa. Cuando el sentido es complejo quiere decir que quien lo experimenta es una persona compleja y con mayor cultura, pues la complejidad del vivir sólo la puede captar quien tiene una mayor capacidad de representación y elaboración del sentido.

El drama de un tonto no me interesa, pues su drama está motivado por su poca inteligencia, a no poder darse cuenta de cómo se está dramatizando por tonterías. Alguien con cierta cultura no se interesa por los sentidos elaborados por quienes tienen menos cultura. Los escritores para lograr posicionarse como literatos están obligados, no sólo a disponer de mayor cultura que la mayoría de las personas sino que, además, deben disponer de la capacidad para elaborar el sentido y poder expresarlo por escrito.

El escritor debe saber mucho más que los demás, debe haber leído mucho mucho, al menos todo lo mejor que se haya escrito acerca de su tema de escritura. Para que un escritor nos interese debemos considerarlo casi omnisciente. No nos interesa leer a quienes saben menos que nosotros, sólo nos interesa leer a quienes creemos que saben más.

El escritor debe saber más que el público al que piensa llegar. Es su obligación real estar al tanto de todo lo escrito y de todo lo que haya acerca del tema de escritura. Si alguien desea escribir un drama médico, está obligado a informarse de todo lo relacionado con el tema a tratar. Y si no dispone de ese conocimiento, hace bien en quedarse bloqueado y preocupado por su falta de conocimiento.

El escritor por emplear la palabra como medio de expresión está obligado a disponer de mucha mayor cultura que otros artistas. En otros medios de expresión muchas veces sólo basta con el conocimiento técnico relacionado con el arte, pero con las letras no.