La despedida.

Dos besos en las mejillas,

un perdón.

No es un adiós,

es herir, el corazón.

Qué fácil es decir adiós,

dejando postrado... el amor.

Ay!!que penita tengo,

ver partir a la mujer

de mis anhelos.

Ay!! Ay. Sin un, te quiero.

No quiero agua,

para apagar, lo que tengo.

Muy, muy, adentro,

quiero conservar las
brasas,

en mi alma, en silencio,

sin tiempos...

Pues es lo único... que tengo.

 

Bella melancolía de la ausencia, me gusta como has escrito este poema amigo José Luis- Un abrazo. Paco.

 

Una despedida se convierte en un profundo dolor, un canto triste de amor, grato leerle saludos!

 

Gracias por pasar por mis letras .

 

Así deja el adiós y tú no lo has podido plasmar mejor.
Son las etapas en los sentimientos que tienen fecha de
caducidad. Es muy sentida tu poesía y transmites
muy bien ese dolor. Todo pasa y eso es lo mejor.
Sólo hay que tener un poco de paciencia porque tu despedida
fue en buena, lo que me indica que de la otra parte, es un
convencimiento y un respeto hacia ti.
Me ha gustado leerte en este Melancólico.
Fuerza y saludos, José Luis. Es bonito tu poema en su
tristeza.

 

Muchísimas gracias por pasar por estas letras y tu bondadoso comentario, Elisalle.

 

Un sollozo callado ante la partida inesperada del ser amado. Saludos.

 

Ya no hay lagrimas, ni tampoco princesa,solo sal, en el eral, de mi naturaleza. Gracias por pasear por estas letras.