La estrategia de la araña

No he militado nunca en la cordura,
aunque me sirvo de ella, en ocasiones,
cuando el caos colapsa las acciones
que me hacen bordear la dictadura

de la demencia. Entonces mi impostura
a la razón, recluida en los rincones
más hondos de una mente a las pasiones
sojuzgada, reviste de apostura

amable, se diría humanizada
y mis sentidos, armas de atracción
letal, se tornan brisa sublimada.

Mas todo es entremés, sagaz ficción
y en cruel trampa la presa, engatusada,
cayendo acaba como el gran telón.

 

Gracias, amigo poeta, por tu aclaración. Espero que la corrección que he introducido sirva.
Saludos.

 

De Andrea:
En definitiva, dominar y si es necesario, apariencia de amabilidad.
Uff!
PD. La construcción gramatical me gustó.
Un saludo.