La Fábula de la Libélula Blanca

Miré una libélula blanca
con sus alas extendidas
pegada en la pared
se me ocurrió la tonta idea que eras tú
delicada y vulnerable como en vida
luchando contra los elementos y el tiempo
y esta verdad que no podemos ocultar;
¿Pueden las Hadas hablar
o acaso lo tienen prohibido?
sólo me miras al rociar las hojas y las flores
luego te vas;
tengo miedo de voltear y ya no verte
tengo miedo de olvidar
y esperar duele tanto
mirar y no tocar,
dicen que sólo los años
sirven para curar
que el secreto de la vida es amar las cosas simples
no indagar respuestas
ni cuestionar a Dios;
necesito que se vayan los deseos
que no me dejan avanzar
no quiero jugar este juego
donde me hieres y hiero,
sólo quiero volver sobre mis pasos
perder la memoria en el mar de mis sueños
mirar un cielo
sereno y cristalino
silenciar tus dudas y tu adiós
colocando mi dedo en tus labios
mis manos en tu cuello
hasta cortar tu respiración.

Sólo estamos yo y la soledad
en esta playa desierta
buscando sobre la arena
lo único que queda de los dos,
siempre supe que lo nuestro era sólo una utopía
y lo que fuimos ya más nunca podrá ser
y sólo al lastimarte recordé
cuando quedé sin alma
y a quién se la entregué;
la vida es un fantasma que vaga en la oscuridad
vengándose por su suerte
llevándose al inocente
a sitios que están más allá
de pasillos y caminos,
de nuestra comprensión
y el destino nunca dio la cara
ni tampoco explicación
sólo se ha burlado de nosotros
porque nadie puede ser más de lo que es,
ni ser lo que se anhela ser
o lo que quieren los padres.

Estoy tan vacío y ausente
amarte nunca ha sido suficiente
luchar por ser cada vez mejor
y soy sólo esto que ves
me da lo mismo parar
me da lo mismo seguir
y me cuesta cada día más
mirar mis manos vacías;
mi locura siempre tuvo la razón
me quedó grande la vida
y duele aún más que la muerte
no supe qué hacer hoy
ni sé que haré mañana
mis días se desperdician
en este juego perdido,
sádico y pervertido,
sin ningún sentido
ni para ti, ni para mí.

Quiero morder tus labios
probar el néctar de tu sangre
mezclada con la confusión de un beso
que ha quedado expuesto e indefenso
sin saber qué hacer
y no entiendes lo que pasa
estás a mi merced
se quiebran tus palabras
cuando dejas tus dominios
para entrar en los míos
donde los cuerpos se entregan al placer
y la cruel naturaleza
toma por la fuerza lo que quiere
no permite distracciones
aquí se mata o se muere;
no te miento, ni te ofrezco nada más
ni tampoco lo espero de ti,
sería sencillo hablar de amor
y callar después del sexo
ponerse la ropa y huir
a la sombra de la lluvia
que desdibuja la luna
hasta dejar todo a oscuras
nuestra cama en blanco y negro.

Tienes dos ojos que intimidan
dos hoyos en tus mejillas
tienes miedo a sentirte herida
por alguien otra vez;
llevo tu karma en silencio
sé todos tus secretos
somos dos viejos amigos
balanceándose a tientas por la delgada línea
que separa al amor de la amistad,
pero así es la vida
directa y cruel
tú sigues con él
yo aún sueño contigo;
puse mis manos en tus muslos
palpé tu intimidad
te sentí temblar con el miedo entre tus ojos
la culpabibilidad del que se sabe infiel
cayendo en la inercia del placer
traicionando sus principios y su verdadero amor;
crei que podías salvarme
crei poderte salvar
nunca perseguí felicidad
sólo calmar este dolor,
pagaste mis servicios con un beso
del beso llegamos al sexo
y luego a la agresión y el arrepentimiento;
antes todo era más simple
cuando tenía algo que ofrecer
hoy mi mundo carece de sentido
y es lo único que tengo,
siento que me siguen las sombras
me ha paralizado el miedo
y no tengo a quien odiar
y no tengo a quien culpar
ninguno somos inocentes
tampoco pedimos venir
y no entiendo como algunos quieren renacer
y otros temen a morir,
mientras tanto para mi
olvidar quizás sea lo mejor
me pregunto cuál sentido tuvo ayer
qué sentido tiene el hoy
o el mañana
pasar la vida
sin ti;
mis palabras son solos reflejos
triunfos y fracasos
escasos momentos de felicidad
que ya casi no tengo
al final la realidad logró alcanzarme
como un asesino experto
que actúa sin compasión
con sus guantes blancos
con sus ojos despiadados
y la sonrisa en los labios
concentrada en lo único que sabe:
quitar la ilusión
causar dolor
hacernos saber
que la vida no ha tenido ni tendrá
para nadie algún valor.