La furia del rayo...

Hablar del "eje del mal" me suena tan exagerado que no sé qué porcentaje tiene de seriedad.

Creo que todos nos creamos nuestra propia idea de bien y mal (en gran medida guiada por la educación recibida), ya que necesitamos algún tipo de código, sistema de valores, principios, ética (llámalo como quieras) para tomar decisiones y guiar nuestro comportamiento.

Es algo en lo que pienso mucho y en lo que mis conclusiones están siempre sujetas a revisión. No creo tener una respuesta definitiva y, mucho menos, absoluta. Quiero decir que las conclusiones que para mí son correctas pueden no serlo para otras personas que han seguido (como no puede ser de otra manera) su propio camino de pensamiento. Además, sé que mis conclusiones se apoyan en gran medida en cuestiones emocionales o instintivas, por lo que tampoco podría hacer una defensa racional completa.

Mi posición actual es que todos nos guiamos por los mismos impulsos y todos nos situamos en algún punto en el que mezclamos básicamente dos cosas:

a) Una cierta dosis de egoísmo, que está grabado en nuestro instinto, que nos lleva a buscar el beneficio propio, nuestra seguridad, nuestro bienestar, en general. Es un egoísmo que se ocupa del yo, del individuo. Y no quiero presentarlo como algo negativo. Creo que es una herramienta básica del ser humano de supervivencia y progreso.

b) Otra dosis de herramientas sociales, que nos permiten construir una sociedad que nos beneficia enormemente: respeto a los demás, empatía, compasión, solidaridad, etc. Estas herramientas también están grabadas en nuestro instinto y resultan tanto o más fundamentales para la propia supervivencia y desarrollo como el egoísmo, aunque la recompensa se nos puede presentar de una manera menos inmediata que frente a la llamada del egoísmo.

Teniendo esto en cuenta, mi postura con respecto al bien y al mal (o comportamiento correcto e incorrecto) es que el segundo grupo de herramientas es más potente y debe prevalecer frente al primero. De hecho, me parece una herramienta más avanzada desde un punto de vista evolutivo. El egoísmo me parece algo más primario. Admito que no tengo conocimientos de antropología, así que bienvenida cualquier corrección u observación. Creo que todos tenemos lo que consideramos nuestro grupo, nuestra tribu, nuestra gente, con quienes establecemos estas relaciones de respeto y apoyo mutuo.

El salto que creo que marca mayores diferencias en las posturas políticas es la amplitud del grupo que todos consideramos nuestra gente. Para mí, idealmente, ese grupo debería abarcar a toda la humanidad. Evidentemente, el grado de relación no es el mismo; siempre vas a tener vínculos muchísimo más fuertes con tu entorno cercano: familia, amigos, compañeros de trabajo, etc., pero eso no quiere decir que podamos despreocuparnos de los demás o que nos den igual mientras a nuestro grupo cercano le vaya bien.

La frase, para mí, más memorable del debate que hubo previo a las elecciones de la Comunidad de Madrid la dijo Ángel Gabilondo: "Una de las raíces de los problemas es la idea que tenemos de los demás; el no reconocer a los demás de verdad". No solo por esa frase, sino en general por su discurso y comportamiento, creo que Ángel Gabilondo tiene una ética admirable y que ilumina (aquí discrepo con que no haya buena gente que se dedique a la política; sí hay casos).

De forma más general, al menos en España, que es lo que conozco, los partidos de izquierdas piensan más en esa concepción de todos como parte del grupo, mientras que los de derechas suelen reducir el grupo de beneficiados. Así que, para mí, los partidos de izquierdas están más cerca del bien que los de derechas y, sin gustarme Pedro Sánchez, creo que el gobierno actual es lo menos malo que podíamos tener, a la vista de los resultados de las últimas elecciones. Había opciones mejores si se hubieran llegado a acuerdos y no se hubieran repetido las elecciones.

Y sé que no voy a convencer a nadie, pero sí sentía una necesidad de plantear estas cuestiones sobre el bien el mal y por qué discrepo completamente con esa idea de que el gobierno actual es el mal y Ayuso le planta cara. No, Ayuso es marca y estilo PP total (salpicada desde antes de empezar a gobernar por cuestiones de corrupción) y para mí está lejos del modelo de sociedad que me gustaría y considero bueno. Además, no he visto a ningún político que se dirija con tanto desprecio a sus rivales.

Como último comentario, soy consciente también de que una cosa es el planteamiento ideal que sirve como guía, como proyecto, y otra cosa es la realidad práctica que se puede llevar a cabo. Esto da margen para matizar muchas cosas.

Álvaro