la humanidad siempre avanza

No detengas, filÓsifo, al que pasa;
deja que vaya en pos de su destino;
la humanidad es una catarata
que sÓlo se detiene en el abismo.

La humanidad, que siempre se renueva,
es un eterno niÑo turbulento,
que sÓlo cree en el fuego, si se quema,
y en la tormenta, si retumba el trueno.

No intentes desviarla de su cauce;
aun consiguiendo desviar su rumbo,
no evitarÁs que su impetu no arrase
lo que estorbe el capricho de su curso.

No pidas experiencia a lo que es joven;
la juventud es turbulencia, es brÍos;
la fortuna y la gloria la enloquecen,
y siempre tiene sed de lo imprevisto.

La humanidad es como la coprriente,
nunca se para en su eternal carrera;
su mision es correr sin detenerse,
bajo el poder vital que la renueva.

Piensa entonces, filÓsofo profundo,
que siendo la experiencia el patrimonio
de los ancianos que han vivido mucho,
exigirla de un joven no es juicioso.

La humanidad, como, los elementos,
no envejece, tan sÓlo evoluciona,
los que nacen empujan a los viejos
hacia el crisol que sin cesar reforma.

Y pasarÁn los siglos tras los siglos
sin que el ejemplo del pasado sirva
para evitar los horrendos caraclismos,
engendro de ambiciÓn irreflexiva.

Las mÁximas, los libros, los preceptos,
grandes factores del saber humano,
son tablas donde sÓlo leen los viejos,
las entienden ...porque ellos se quemaron.

Generaciones tras generaciones,
la humanidad se seguirÁ quemando,
y victima serÁ de los errores
que fueron el flagelo del pasado.

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No detengas, filÓsofo al que pasa;
deja que vaya en pos de su destino;
la humanidad es una catarata
que sÓlo se detiene en el abismo.

A.vilatte lavigne publicado por adolfo oscar mirande