La intrusa.

Es difícil serenarte, cuando estás apaciguada. Ya, no te importo nada.
Contemplarte extasiada, se me hace recurrente.
Un recurso diferente.
Pero no cuentas conmigo, porque ya conoces la técnica de la calma mental budista.


Entonces, parecemos dos equilibristas, en la cuerda floja.


Y que conste que paso revista a las filas de mi ejército,
y veo que todas están muy buenas: De toma pan y moja.
Van perdiendo protagonismo. Con mi varita mágica, las transformo en mariposas.
Salen volando y unas serán gaviotas, otras, palmas datileras; otras, olivos...


Y el estilo sigue vivo. Te escojo a ti, para que sigas siendo humana.


Entonces, te levantas de la bañera, donde te compuse.
Pues eras melodía para violín, guitarra y piano.
Allí, entre espumas de jabones y dientes de oro, procedentes de las bocas de varios reclusos.
Así es cómo añadiendo chocolate puro y nata montada, fui creando a la Intrusa.





¡ Tan sólo es una intrusa !

 

Genial, parabólica, magistral, contundente para premiar eminente ...

 

Gracias, camarada. Cuántas flores tiene ese ramo que me ofreces.
Muchos apelativos que me ponen una nota musical, en mi aura de energía, para que resuene como un saxofón pletórico de sentimiento.

 

¡Yo quiero unaaaaaa! Amigo Nommo dame la receta mágica porfa y te mandaré una cajita de puros medianos Reig canarios de Canarias, hice la mili en Tenerife y aun tengo contactos. Un abrazo. Paco.

 

¿ Quieres una Intrusa ? Tan sólo es una intrusa, y no sé qué tiene de especial.
Necesitas dientes de oro, procedentes de las bocas de unos reclusos.
Espuma de jabón, en la bañera. Chocolate puro y nata montada.
Y luego, componer una sinfonía, para piano, violín y guitarra.
Y estará lista ¡ La intrusa !

 

a poco ves novelas mexicanas?