La secuencia final

LA SECUENCIA FINAL

La pupila derrama su tintero,
la mente se disuelve en un chasquido
y el aliento se exilia bendecido
por un vacío medular y entero.

Y en plena orgía terminal del cero
—y aceptando no ser habiendo sido—
un tablero se enciende y queda hendido
allá en la gravedad del sumidero.

Entonces, una mano fraternal
arranca de un tirón los fotogramas
y regresa la vida al manantial.

Y en el lecho, ¡cantando entre las llamas!,
—como postrera pieza de las piezas—
aquel niño manchado de cerezas.

Kalkbadan
En Madrid, a 13 de octubre de 2018

 

Un soneto magistral de impresionante realismo. El denso ambiente recreado apenas se ve aliviado por la inocente naturalidad del niño. Felicitaciones, amigo poeta! Un afectuoso abrazo.

 

Un soneto precioso, Andreas aunque quizás de lectura difícil en cuanto a su interpretación. Por el título, y por alguno de los versos, pareciera que esa "secuencia final" se refiere a esos últimos momentos de la vida en que se dice que pasan por nuestra memoria todos nuestros recuerdos como si fuesen fotogramas a velocidad de vértigo, como flashes.

Me ha gustado especialmente la expresión "y aceptando no ser habiendo sido" como ese dejarse ir al final del trayecto cuando se nos acaba el tiempo.

En el primer terceto, sin embargo, parece que ese moribundo no traspasa finalmente el umbral "y regresa la vida al manantial".

He de decirte sin embargo que el último terceto y especialmente ese último verso, me desconcierta.

Un abrazo.

 

Un soneto magistral sin duda con el que he disfrutado. Gracias por compartirlo.

Saludos cordiales.

Mouse

 

A mí también me ha gustado mucho tu soneto, kalkbadan, a pesar de su carácter impenetrable... o quizá por eso y por su buena factura. Saludos.