La sentenciada locura

Sepultada en la tierra de podredumbre humana.


En la inmensidad de cada gramo como torrente de cada fracaso,


enumerada en cada instante como zarpazo de emociones aisladas.​

Sepultada en la enorme nada,


anunciando el fracaso del poeta,


atendiendo el silencio de sus palabras,


palabras resecas en el grito de la nada.​

Las emociones blancas destruidas con el golpe de la pala,


la misma que cavó la nada.


Muerto el poeta de la locura


en la nada. ​

El poeta de la eterna locura,


el soñador de alegrías eternas,


de los parques felices, de los amantes eternos, de los viejos en compañía.​

Sepultado en la enorme nada,


cargando en el pecho la tierra de la podredumbre humana,


en silencio como héroe derrotado,​

dando vida en cantos de silentes palabras.