La silla al final del camino

Gracias Daen, "radiante" visita.
Un abrazo desde la orilla de enfrente.

 

Bien; pues aqui me tienes de nuevo, se que mi presencia te fastidia, pero es que no puedo volar sobre el portal sin incomodarte antes jejejej.... Empecemos... haber, es muy interesante como mezclas esas imagenes tan curudas en tu poesia (no puedo negarlo, me encantan).. tienes esa particularidad que te diferencia de los demas poetas, ademas, al final de tus escritos (en la mayoria de ocasiones) me quedo reflexionando y esta vez no puedo escapar de tu embrujo.. es cierto, no podemos esperar a que todo nos llegue por arte de magia, tenemos que buscar las cosas que queremos, porque si llegaran facilmente a nosotros, la vida carecerìa de sentido...
!genial!... siempre genial, aunque esta vez no estoy tan salvaje y brutal para vestirte de sangre, tal vez por que tu escrito me tiene pensando aùn, !pero no sera siempre asì! jajajaj... te dejo tus estrellas, maquilladas con sangre y decoradas con plumas, las mismas que utilizo para escribir maldiciones...

 

Affff... Ángel, muchas gracias, eres muy amable, y ése es el problema.
¿Dónde está ésa devoradora agresividad que solía caracterizarte?
Mmmm... ¿no será ésto una trampa? Ésta sutil hoja resplandeciendo apenas con un comentario como éste, capaz de darle un poquito de luz... ¡¡AAAJJJJJ, APÁGALA!!
...quiero mi oscuridad de nuevo, ¡no camines por mis reinos con las velas encendidas! Sin luces se ve mejor, pues no miramos con los ojos, (ellos mienten... nos dejan realmente ciegos) sino con la percepción de una mente hostil que actúa siempre a la defensiva, que muerde y sonríe...
Tú sabes andar en las sombras, vamos... no prendas lucecitas.

Me encanta que me leas, que me comentes... ¡pero no hagas que te quiera!
Adoro odiarte.